La parroquia San Vicente de Paul, en la comunidad de Soloy, organiza cada mes encuentros con los jóvenes para formarlos e integrarlos a la pastoral juvenil.
Yoel E. González N.
Un pentecostés diferente vivieron 15 jóvenes de la parroquia San Vicente de Paul, en la comunidad de Soloy en la Comarca Ngäbe Buglé, diócesis de David. Con dinámicas y cantos, los jóvenes se compenetraron con el mensaje del tema central del encuentro, que cerró con una Eucaristía presidida por el padre José Fitzgerald, párroco de esta iglesia.
“Cada mes, la parroquia organiza estos encuentros de formación para los jóvenes, que como señala el papa Francisco son el presente de la iglesia”, dijo Ignacio Mariano, Asesor de la Juventud Católica Comarcal en esta región.
En el encuentro, realizado el pasado 22 de mayo, fue oportuno por la festividad de Pentecostés, donde se expuso acerca de los dones y los beneficios del Espíritu Santo en sus vidas. Además de celebrar esta solemnidad se aprovecha para formar e integrarlos a la pastoral juvenil, explicó Ignacio Mariano.
El dirigente juvenil expresó que estos encuentros son una fuente de riqueza formativa, donde los jóvenes reciben conocimientos importantes acerca de su iglesia para servir y sobre todo enfrentar el asedio de sectas y grupos religiosos presentes en esta región de la comarca.
Rubén García, coordinador de la pastoral juvenil de la parroquia San Vicente de Paul, explicó a los jóvenes la impotancia del Espíritu Santo que está constantemente inspirando el alma del cristiano, promoviendo su santificación.
Considera que una vez comprendan la acción del Espíritu Santo, los jóvenes estarán más abiertos a integrarse a las acciones pastorales. “Primero en esa actitud de escucha, preparados para enfrentar la realidad que viven”, agregó.
Ignacio Mariano coincide con Rubén García, en que esta experiencia de Pentecostés ayuda y motiva a los jóvenes a entender su protagonismo en la acción pastoral de la parroquia. “A nivel parroquial los fortalece para apoyar a su comunidad y a su iglesia”, acotó.
Muchos de los jóvenes participantes en el encuentro, escuchan por primera sobre la importancia del Espíritu Santo, y cómo sus dones refierzan la vida cotidiana del cristiano y a comprometerse con su comunidad desde su fe.
Para el padre José Fitzgerald, realizar estos encuentros es una bendición y los frutos son abundantes. “Los jóvenes necesitan mucho apoyo y guía para ser grandes evangelizadores y promotores en sus comunidades”, comentó.
Inculturizar este proceso de fe, entender como el Espíritu Santo actúa en nosotros es algo que necesitan conocer más jóvenes y adultos en estas comunidades, puntualizaron los organizadores.