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Jóvenes de la parroquia San Vicente de Paúl reciben el sacramento de la Confirmación

Jóvenes de la parroquia San Vicente de Paúl reciben el sacramento de la Confirmación

La Parroquia San Vicente de Paúl se vistió de fiesta con la celebración

del Sacramento de la Confirmación, donde Monse.or Manuel Ochogavía Barahona dio la bendición a 21 jóvenes, de las comunidades de Arco Iris y La Cresta.

Durante la ceremonia religiosa, Monse.or hizo énfasis sobre la gran responsabilidad que tienen con Cristo al recibir este Sacramento “el paso que ustedes toman al aceptar el sacramento de la Confirmación significa el compromiso de seguir e imitar a Jesús.”

Monseñor se siente muy preocupado y triste al comprobar la realidad que se está dando con los jóvenes después de la confirmación,

ya que la mayor.a deja de asistir a misa. Además el Padre Elkin Nuñez, quien también formó parte de la celebración de la Confirmación, expresó que los jóvenes fueron formados para participar en las actividades parroquiales, con el fin de animar y promover la participación de otros jóvenes que necesitan una guía espiritual.

Sabiendo que no es fácil, Monseñor Ochogavía preguntó a los jóvenes. Qué están haciendo para aspirar al cielo? y presentó su ejemplo, “Que si ellos creían que para él era fácil vivir con los sacrificios que implica la vida consagrada, que no es fácil ser célibe.

Nadie sabe cómo es el cielo y no se sabe si es como lo pintan en los libros, e invitó a cerrar los ojos, imaginarlo y exhortó a depositar toda la fe y confianza en Cristo.

Siguiendo las palabras del Papa Francisco, “el sacramento de la

Confirmación permite acoger al Espíritu Santo en el corazón y recibir sus siete dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor a Dios.”

Por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, la Iglesia fundada por Él, nos comunica el Don de la Gracia por medio de los Sacramentos instituidos por Cristo mismo y nos santifica, nos hace santos, hijos de Dios y coherederos de la Gloria.

Monseñor Ochogavía exhortó a los jóvenes a construir un caminar de buenas acciones que es la que al final los hará merecedores de esa vida plena y eterna junto a Cristo.