Jóvenes: prioridad en la Iglesia

Jóvenes: prioridad en la Iglesia

La nueva Exhortación Apostólica Postsinodal Christus Vivit (Cristo vive) del Papa Francisco, sella los trabajos realizados durante el desarrollo del Sínodo de los Obispos quienes analizaron el tema: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional y las riquezas de la pasada Jornada Mundial de la Juventud realizada en Panamá.

“Realmente nos ha sorprendido el Papa Francisco, era un documento que estábamos esperando, y que en el Sínodo, las temáticas tuvieron una gran acogida por parte de los obispos de todo el mundo”, resaltó Monseñor Manuel Ochogavía, en-cargado del Consejo Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Panameña.

Para Ochogavía el documento de nueve capítulos ofrece planteamientos generales para el discernimiento y acompañamiento de los jóvenes dentro de sus espacios y  tiempos para su desarrollo dentro de la iglesia.

“En Panamá se ha llevado un trabajo en conjunto con las pastorales juveniles y los agentes de pastora-les y el Consejo Episcopal Latinoamericano, lo que nos lleva a realizar una revisión tanto a nivel nacional como a nivel latinoamericano”, agregó.

Resaltó que en nuestro país se están creando los espacios y momentos para desarrollar los que se conoce como las Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil y lo que será la próxima Asamblea Nacional de Pastoral Juvenil que se realizará en el mes de septiembre en Penonomé, donde el objetivo será establecer y discutir los caminos que el Papa Francisco ha trazado con esta exhortación hacia los jóvenes.

Evangelizar con el ejemplo

Para Yithzak González, Secretario Ejecutivo de la Sección de la Juventud de la Conferencia Episcopal de Panamá, la Iglesia Universal ha abierto las puertas a los jóvenes porque quiere que sean protagonistas.

“Sin embargo, esto se escucha muy bonito y se queda en el discurso, por esta razón,  tenemos que brindar los espacios dentro de la iglesia para que los jóvenes sean protagonistas, con la compañía y motivación de la iglesia”, señaló el activista juvenil.

González considera que la JMJ 2019 en Panamá abrió el espacio para los jóvenes, y que ahora les toca a ellos apropiarse de ese espacio y demostrar esa corresponsabilidad que tenemos con nuestra iglesia.

Señaló que lo importante es enseñar con el ejemplo, el ser hombres y mujeres de bien, demostrándolo con nuestras actuaciones.

“Los jóvenes necesitan buenos modelos de vida religiosa y sacerdotal en el mundo actual. A muchos jóvenes no les atrae leer historias pasadas, sino que buscan a personas que puedan ser modelos para ellos, por lo tanto hay que invertir tiempo en los jóvenes acompañándolos, escuchándolos y dándoles testimonio”, precisó.

El gran reto

Según Itza Urriola, psicóloga del Centro de Orientación y Atención Integral San Juan Pablo II, el gran reto de los jóvenes es  vencer esa muralla que les hace percibir a la iglesia como algo negativo, y que no les permite su desarrollo dentro de ella.

Planteó que la tarea de la iglesia es ayudarlos a encontrar ese camino preciso, mostrándoles el perfil positivo de la casa de Dios,  para que dentro y fuera de ella los jóvenes puedan trabajar y vivir la experiencia espiritual de fe y de un encuentro personal con Dios, lo que dará sentido a sus vidas.

Hay que creerse el llamado

El coordinador de la Pastoral Juvenil en David, Erick Sanjur, destacó que lo importante es creerse el llamado del papa Francisco; el cual asegura que los jóvenes son el ahora de la iglesia y que tienen que dejarse guiar por el Obispo de Roma, en la misión que el Señor les encomienda, cualquiera que sea la vocación.

“Los jóvenes no deben ser juzga-dos, sino ser escuchados y acompañados por quienes han avanzado en el camino de la fe, es un proceso que podemos lograr.  Sabemos que el joven no cambia de un día para otro, pero debemos asumir los re-tos”, enfatizó Sanjur.

Las vocaciones

Monseñor Ochogavía, dio a conocer que se está realizando un proyecto de pastoral vocacional que busca atender las diversas realidades vocacionales, no solo de los ministerios ordenados o hacia la vida consagrada, sino también, al matrimonio y otro tipo de vocaciones que se dan dentro de la iglesia.

“La meta es hacer ese acompaña-miento con equipos multidisciplinarios e implementar una cultura vocacional dentro de la iglesia, esta es una preocupación latente”, resaltó.

Explicó que es necesario crear ese interés en todas las comunidades católicas para promover las vocaciones, en espera que de estos encuentros surjan candidatos para el ministerio ordenado.

“Una de las grandes metas que anhelamos es un trabajo que vaya de la mano con otras pastorales que tengan incidencia en  la pastoral familiar,  juvenil y la catequesis, para dar una orientación vocacional y que todos los equipos puedan hacer un trabajo unificado.