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La adicción no conoce de estratos sociales, la prevención es la clave

La adicción no conoce de estratos sociales, la prevención es la clave

Prevenir es más barato que aplicar tratamiento. Con la prevención se puede concienciar, pero el tratamiento es un proceso difícil, pues la adicción es incurable y afecta el cerebro.

La falta de prevención en el uso indebido de drogas, es un factor de riesgo que incide en el aumento del número de habitantes de calle.

Estas son personas sin techo, que es una condición, pero de allí llegan a la indigencia, que se convierte en una práctica.

 

“Cero motivos para consumir, millones de razones para vivir; soy feliz sin drogas”, debe ser el lema que nos lleve a prevenir ese aumento de personas en condición de calle.

 

Según hemos contabilizado, en nuestro trabajo diario, hay unas 500 personas en la calle, en condición de sin techo. Ellas habitan en parques, debajo de puentes, en áreas verdes como la del Cerro Ancón, y en espacios cercanos a donde se da la venta de drogas.

Durante los ocho años en que hemos realizado esta ardua misión de cercanía con los habitantes de calle, nos hemos percatado de que entre ellos hay profesionales, hombres y mujeres con estudios secundarios completos y, en menor número, personas que no los culminaron.

La adicción no conoce estratos sociales: pobres, clase media y clase alta viven en las calles. En ese escenario practican sus creencias. El 97% profesa la denominación cristiana evangélica, mientras que un 3% es católica.  La mayoría de ellos han estado privados de su libertad o internados en diferentes centros de rehabilitación.

Muchos han comenzado su adicción con el cigarrillo, el alcohol y la mariguana. Con el tiempo y, dependiendo de su tolerancia, se elevan a drogas más fuertes, como la cocaína y la piedra, incluso beben alcohol desnaturalizado.

Estas adicciones tienen sus consecuencias en la salud de los consumidores. Muchos presentan hígado graso por alcoholismo, cirrosis, cáncer, problemas cardiacos, neumonía y tuberculosis, así como VIH SIDA, sífilis, herpes, gonorrea y chancro.

 

En Panamá hay de 15 a 20 lugares de internamiento. El Centro San Juan Pablo II ayuda a personas en condición de calle.

 

Ayuda disponible

Nuestro Centro San Juan Pablo II utiliza un método psico-espiritual, y cuenta con su programa “Toma mi Mano”, con la Comisión Nacional para el Estudio y la Prevención de Drogas (CONAPRED).

La misión es aportar en la prevención del uso indebido de drogas, por medio de talleres y charlas a agentes multiplicadores que, con compromiso social, llevan estos conocimientos a diferentes áreas a niños, jóvenes y adultos.

El objetivo del programa “Toma mi Mano”, que está presente en Colón, Coclé, Herrera, Los Santos y Chiriquí, es llevar el mensaje fuerte de la prevención comunitaria, hablando de la realidad, con la verdad del daño que hacen las drogas.