“La cosa empezó en Panamá” con Santa María la Antigua

“La cosa empezó en Panamá” con Santa María la Antigua

La Iglesia panameña celebró por todo lo alto la fiesta de su patrona, Santa María la Antigua, que es también la estrella que ilumina la historia de la evangelización en Tierra Firme americana.

Eduardo Soto P./Fotos Omar Montenegro

“Así como en el libro de los Hechos de los Apóstoles se narra cómo la Iglesia nació y fructificó en Jerusalén, acá podemos decir que la cosa empezó en Panamá y tierra firme americana, con Santa María la Antigua”.

Con estas palabras el profesor Francisco Blanco, rector magnífico de la Universidad Santa María la Antigua, explicó los orígenes del cristianismo en el Istmo, y de aquí en el resto del continente.

El rector Blanco considera que lo mariano ha sido desde el inicio una marca en esta andadura cristiana de los panameños.

GOZO. Momento culminante de la serenata en favor de la Virgen, el 8 de septiembre.

La “Antigua”

El profesor Blanco –durante la serenata que se le ofreció a la Virgen por su natividad, en vísperas de la Solemnidad de Santa María la Antigua– ayudó a distinguir la figura de la Patrona de Panamá a lo largo de la historia, no como una “novedad” histórica y religiosa a finales del siglo XX, sino como una constante católica.

6 DE SEPTIEMBRE. Monseñor Edgardo Cedeño, obispo de Penonomé, ofició el primer día del Triduo.

Explicó que “La Antigua” fue una expresión que se empezó a usar durante la reconquista de los católicos en el territorio previamente dominado por los musulmanes.

“Se referían a Nuestra Señora de la Asunción, que era la única devoción mariana que tuvimos los católicos desde las primeras comunidades cristianas”, indicó el académico.

“Al reconquistar España, los católicos fueron identificando los lugares conquistados con nombres marianos, pero siempre dejaron claro que su devoción a ‘La Antigua’, es decir, a la Virgen de la Asunción, se mantenía firme, y era, por decirlo de alguna forma, la original”, agregó.

En ese talante llegó a tierra panameña la advocación.

Iglesia misionera

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, durante todo el mes de agosto estuvo preparando el ambiente para esta fiesta grande del 9 de septiembre, que también marca la fecha de inicio de la Iglesia panameña hace 508 años.

7 DE SEPTIEMBRE. Monseñor Manuel Ochogavía, celebró el segundo día del Triduo.

“Pero nuestra Iglesia no es sólo historia, sino también una realidad viva en el presente, aunque tantas veces aparezca frágil, envejecida y debilitada”, señaló el Arzobispo en su homilía del 9.

“Al hablar de nuestra Iglesia diocesana muchas veces nos quedamos en lo visible, en las personas, en el territorio o en sus estructuras. Pero su realidad humana, externa y visible, no puede hacernos olvidar que en su esencia más profunda nuestra Diócesis es signo e instrumento de salvación”, agregó el Arzobispo.

Monseñor añadió: “La celebración de 508 años de la configuración actual de nuestra Iglesia Panameña nos ofrece una oportunidad hermosa para lograr una mayor conciencia de pertenecer a ella para responsabilizarnos con su vida y misión”.

Novena y Triduo

Desde el 31 de agosto, y hasta el 8 de septiembre, representantes de las cuatro Zonas Episcopales de la Arquidiócesis acudieron a la capilla del Arzobispado primero, y durante el Triduo al templo parroquial Nuestra Señora de Lourdes en Carrasquilla, para homenajear a “La Patrona”.

8 DE SEPTIEMBRE. Rafael Valdivieso Miranda, obispo de Chitré, ofició el tercer día del Triduo.

Parroquias y coros de San Francisco de Paula en Panamá Oeste; de la Zona Nuestra Señora de El Carmen, en el Este; así como Cristo Redentor, en San Miguelito y Chilibre, y finalmente de la Zona Santa María la Antigua honraron a María en la Novena.

Para el Triduo acudieron al llamado –siempre acompañados por el Arzobispo– los obispos de Penonomé, Monseñor Edgardo Cedeño; Monseñor Manuel Ochogavía Barahona, obispo de Colón y Secretario de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP) y al cierre el Presidente de la CEP y obispo de Chitré, Monseñor Rafael Valdivieso Miranda.

Serenata para la Virgen en la fiesta la Natividad de María, víspera de la gran celebración

Se presentaron coros de tres zonas pastorales, así como la artista Chely Boyd, acompañadas de Masiel y Lucía Muñoz, y con el fenomenal telón de fondo del Coro Arquidiocesano.

Fue un programa que se logró gracias a la producción del Elías Osorio.

El punto culminante fue el encendido oficial de las luces que servirán de alfiles para la gigantografía de Nuestra Señora de La Antigua, que adorna la parte superior del Arzobispado de Panamá.

Dicha obra fue donada por la empresa Signos, S.A., y las luces que la engalanan fueron obsequio de Marbe Eventos.

Coros de la parroquia San Judas Tadeo, la Pastoral Afro de La Chorrera, el padre Jamed Pacheco y la cantante Marycarmen pusieron su talento en favor de La Señora.

María, protectora y compañera de camino

COMUNIDAD. Monseñor Ulloa presidió la fiesta solemne, acompañado por José Luis Cardenal Lacunza, obispo de David, y el Nuncio de la Santa Sede en Panamá, Luciano Russo.

María es trono del Salvador (por eso aparece sentado sobre sus brazos en la imagen de La Antigua), pero a la vez es Madre y la más perseverante discípula.

Esta fue la idea central de la explicación que brindó la hermana Rosemery Castañeda, Dominica de la Presentación.

La hermana Rosemery ayudó a entender la figura de María como Madre, tanto de Jesús como de la Iglesia.

“Al pie de la cruz, Jesús crucificado nos entregó a María para que nos acompañe en el camino de la fe”, señaló la hermana, quien también la explica como la más diligente figura en los evangelios, cuya expresión máxima se presenta en las bodas de Caná.

“En los evangelios, María habla en las bodas de Caná, pero no podemos ni debemos pasar por alto la voz de la Madre en el canto del Magnificat”, subrayó la dominica.

“El Papa Benedicto nos enseñó que con la virgen debemos cantar el Magnificat, que es un estupendo resumen del Antiguo Testamento, y nos muestra cómo es Dios”, indicó la hermana Rosemery.