La creación, primera manifestación del amor de Dios por nosotros

La creación, primera manifestación del amor de Dios por nosotros

La campaña cuaresmal inició y Pastoral Social Cáritas ha colocado 15, 000 ejemplares de la Revista “Por una Ecología Integra”, en todas las parroquias de la Arquidiócesis de Panamá. La revista desarrolla cinco temas para la reflexión en encuentros vecinalesdel 26 de febrero al 5 de abril 2020. Publicamos el primer tema para su reflexión comunitaria.

Reflexión

En la Biblia, el segundo relato de la creación (Gen 2,4-25) tiene un contenido ecológico muy positivo. Presenta al ser humano como jardinero que cuida del Edén y trabaja para mejorar la creación. El ser humano es colaborador y socio de Dios. No somos los dueños de la creación, sino que nos toca la responsabilidad de cuidar y administrarla como nuestra casa común.

La creación del mundo puede ser experimentada siempre de nuevo como algo que está naciendo. En ella encontramos un derroche del amor gratuito de Dios, expresado en la variedad de colores, sabores, olores, formas… Una invitación a la contemplación gratuita de su amor. Cada nuevo día estamos llamados a releer con admiración el misterio de la vida que renace en la creación. “Si se contempla la naturaleza en su dimensión de criatura, se puede establecer con ella una relación comunicativa, captar su significado evocativo y simbólico y penetrar así en el horizonte del misterio, que abre al hombre el paso hacia Dios, Creador de los cielos y de la tierra. El mundo se presenta a la mirada del hombre como huella de Dios, lugar donde se revela su potencia creadora, providente y redentora.” (Compendio de la DSI #487) Dice el Papa Francisco, en su encíclica Laudato Si’; “Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios.(LS 84). Dios ha escrito un libro precioso, cuyas letras son la multitud de criaturas presentes en el universo. Esta contemplación de lo creado nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que

Dios nos quiere transmitir, porque para el creyente contemplar lo creado es también escuchar un mensaje, oír una voz silenciosa. (LS 85). Todo está relacionado, y todos los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une también, con tierno cariño, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la madre tierra.” (LS 92). De igual manera apunta el documento final del Sínodo de la Amazonía: “Reconozcamos que desde hace miles de años (los pueblos amazónicos) han cuidado su tierra, sus aguas y sus bosques, y han logrado preservarlos hasta hoy para que la humanidad pueda beneficiarse del goce de los dones gratuitos de la creación de Dios. Los nuevos caminos de la evangelización deben construirse en diálogo, con estos conocimientos fundamentales, en los que se manifiestan como semillas de la Palabra.” (14)