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La juventud no es de plástico

La juventud no es de plástico

En la actualidad, con los avances tecnológicos e informáticos, con los constantes cambios en la vida hacen que pareciera desechable. Por ejemplo, hoy si los zapatos se rompen, creo que poquísimas personas buscarán a un zapatero para costurarlos, si es que encuentran uno. Quizá haya muchas cosas plásticas hoy y que a veces es más barato reemplazarlas que arreglarlas, sin embargo, la juventud no es una de ellas, las relaciones y las personas no son desechables.

Solo cuando somos jóvenes cometemos las locuras más grandes de la vida. Enamorarnos con locura, hacer un viaje de mochilero, tocar guitarra en una esquina para luego comprar el almuerzo, buscar desesperadamente ser feliz o como yo, decirle sí al Señor dejar todo para irse a un mundo desconocido y ajeno que llamaban seminario.

La juventud no es de plástico, no la desperdicies en cosas que no valen la pena, la juventud será el sustento de los años venideros y ahí se forjarán una parte de las mejores historias de tu vida que te capacitarán para el futuro y harán de nosotros los que llegaremos a ser.

La juventud llega y se va, pero no dejes que se vaya de tu vida sin haberla exprimido al máximo, el Hijo de Dios siendo joven decidió amar al mundo, hacerse de un grupo de amigos que decidieron romper los esquemas y hoy son llamados santos.

Las revoluciones más grandes de las historia han sido lideradas por agentes jóvenes, llenos de valores, utopías, ilusiones y demás buenas cosas que son necesarias para vencer la plasticidad de la vida. La juventud en lugar de ser plástica se vive con la agudeza de los sentidos y es el momento de la vida donde todo funciona con todo esplendor. Explótala y llévala a su máxima expresión.