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La ley más grande es salvar al hombre

La ley más grande es salvar al hombre

En los versículos 6, 1-5 la observancia de la ley del sábado era la más grande de las instituciones del judaísmo, para esto habían sido establecidas leyes extremadamente rígidas.  Por ejemplo, los especialistas interpretaban el gesto de desgranar espigas de trigo como recolección, y por lo tanto, como violación del reposo sabático (vs.1-2).  Jesús responde a las acusaciones de los adversarios   y pone  un ejemplo sacado de Is 21, 1-6; cuando David huyendo del Rey Saúl se metió al santuario y comió los panes ofrecidos…  Jesús con esto está metiendo un nuevo orden humano –religioso, donde las instituciones, estructuras, leyes y costumbres deben estar al servicio del hombre  y pueden abolirse y caer a un segundo plano en cualquier circunstancia en que una necesidad urgente lo exija
En los versículos 6, 6-11 habla de que la ley más grande es salvar al hombre. Según los especialistas, la ley del sábado cedía cuando había dudas sobre si una vida humana estaba en peligro.  Pero Jesús va más allá  de la excepción prevista y cura a un hombre con la mano paralizada.
Los doctores de la Ley y los fariseos, espían lo que hace Jesús; Jesús no  es ignorante,  y sabe discernir la situaciones y percibir lo que ellos estaban tramando.  Jesús arma una situación difícil con el hombre que fue curado y dice: Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla? (v.9).  La pregunta es significativa, pues, para Jesús no hacer el bien equivale hacer el mal.  Para Jesús no hay nada más importante que salvar la vida.  Así nos damos cuenta de que el proyecto de Jesús es obedecer al proyecto de Dios.