La misión: En el corazón de la fe cristiana

Les invito a renovar el compromiso misionero, al que fuimos invitados desde el día de nuestro bautismo.  Este sacramento de iniciación nos lanza a un gran reto: La Misión.

El termino Misión, significa encargo, por eso a quien se le confía una misión se le está haciendo un encargo. Trasladando la definición, la Iglesia es la depositaria de la misión de Jesús, “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 19).

El que nos guía a la misión es el Espíritu Santo, que hemos recibido en el bautismo y nos acompaña a lo largo de nuestra vida, él nos inspira a estar en total disposición para salir y compartir nuestra experiencia de fe con los demás hermanos sobre todo con los más alejados. Ese impulso del Espíritu nos lleva a ser hombres y mujeres alegres, portadores de vida y esperanza, así lo expresa el Papa Francisco en su mensaje de cuaresma 2015: “La misión es lo que el amor no puede callar”, entonces ese encargo consiste en compartir la alegría, ¡Cristo ha resucitado!

El Papa Francisco nos invita en este tiempo de las misiones a la reflexión sobre nuestra identidad cristiana y responsabilidades como creyentes frente al escenario que vivimos en la actualidad mundial y que afecta de forma injusta sobre todo a los más inocentes. La misión recibida nos lanza a ser creativos y comprometidos apoyando a los más necesitados, por lo que el Santo Padre nos anima a ser Iglesia en salida, cuando nos dice: “La misión de la Iglesia esta animada por una espiritualidad de éxodo continua. Se trata de salir de la comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesita la luz del Evangelio” (Mensaje del Santo Padre, Domund 2017)

Veamos algo más sobre la Jornada Mundial de las Misiones, pues, hay una entidad eclesial que se llama Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, es una Institución Universal de la Iglesia de cooperación con las misiones a través de la oración, animación, la promoción de las vocaciones misioneras y la cooperación económica para el mantenimiento de aquellos lugares de misión que no se pueden sostener.

Esta Obra nació en Lyon, Francia, en 1822, por iniciativa de la joven María Paulina Jaricot, que comenzó animando a los trabajadores locales para que apoyasen las misiones con una pequeña limosna cada semana. Un siglo después, establecida ya la Obra en casi todos los países del mundo, el Papa Pío XI la convirtió en el cauce oficial de toda la Iglesia católica para ayudar espiritual y económicamente a la actividad misionera de la Iglesia. El acrónimo Domund fue creado por Ángel Sagarminaga, primer director nacional de las Obras Misionales Pontificias de España en 1943.

El domingo mundial de las misiones, es una fiesta solidaria, pero también de compromiso eclesial, no es una pastoral más, si queremos ser misioneros «alegres», misioneros en que la Palabra anime, transforme y peregrine por y en el corazón de las gentes, si queremos una verdadera Iglesia en salida, que irradie alegría, entonces, “sé valiente, la misión te espera”, lema que nos acompaña este año y que nos motiva a encontrarnos en comunidades orantes, que escucha la Palabra del Señor y la celebra, pero al mismo tiempo con los pies sobre la tierra, para ser  Iglesia discípula y misionera, portadora de la alegría del Evangelio.

Que este entusiasmo sea permanente, en preparación a la Jornada Mundial de la Juventud, que desde ya estemos activados y podamos brindar hospitalidad a tantos peregrinos de muchas nacionalidades, sobre todo compartir la alegría de sentirnos una sola Iglesia, escuela de vida- fraternidad, capaz de integrar en la comunión y participación a todos, en especial a los alejados e indiferentes.

Animamos que las familia, parroquias, seminarios, comunidades religiosas, movimientos apostólicos, participen de esta gran fiesta y que nadie se quede por fuera, es la hora de los misioneros rumbo a la JMJ 2019. No hay excusas para quedarse cómodos, cada uno aportando según su capacidad y condiciones, ¡Esto es misión!

Desde este espacio un saludo de corazón a todos los movimientos misioneros del País, en especial a la Infancia y Juventud Misionera. Agradecerles su entrega incondicional y elevar una plegaria de acción de gracias al Buen Dios, que nos ha invitado a participar del Proyecto de Salvación.

Nuestra Iglesia Panameña, es misionera por excelencia, así lo hemos entendido y vivido a lo largo de estos tiempos, quizás nos hemos desanimados un poco o distraído, más el Señor se manifiesta grandemente y nos anima a través de este domingo mundial de las misiones a ser cristianos en salida y alegres. No olvidemos a la más grande misionera, la Virgen María que ha dicho Si al Señor, nos recuerda el evangelista Lucas: “Por aquellos mismo días María se puso en camino y, a toda prisa se dirigió a un pueblo de la región montañosa de Judá” (Lc. 1, 39), que esta sea nuestra enseñanza: estar dispuestos y siempre en salida al encuentro del otro,  que Santa María La Antigua, nos acompañe en este caminar misionero.

Monseñor Edgardo Cedeño Muñoz / Obispo de la Diócesis de Penonomé