La presencia viva de Jesús en la santa Eucaristí

La presencia viva de Jesús en la santa Eucaristí

Todos los días cuando asistimos a la santa misa a la hora de la consagración el sacerdote eleva la Hostia consagrada para nuestra adoración porque ya no es pan, es el mismo Dios sacramentado que esta vivo en ese pedazo de pan y poquito de

vino.

Muchas veces por costumbre ya adquirida, ni la miramos sólo agachamos la cabeza por respeto pero, más que respeto merece adoración que incluye todo. La mayoría decimos la frase que dijo santo Tomas: “Señor mío y Dios mío “ perfecto. Yo aprendí una pequeña oración, muy cortita que recomendaba el padre Loren (qepd). “Que tu santa redención, traiga la salvación para mi y para todos los redimidos “¿qué les parece? Decirle eso a Jesús en esa Hostia consagrada?, al principio me enredaba pero, con el tiempo al mirar con fe la presencia viva de él alli frente a mí se me hizo fácil.

El problema que tenemos es que, mecanizamos las cosas y todo o casi todo lo hacemos por rutina y nos perdemos momentos de verdadera gracia divinacomo es adorar conscientemente a todo un Dios que deja su morada celestial y siente delicia de estar entre nosotros y alimentarnos espiritualmente en un pedazo de pan y un poquito de vino transformado en su Cuerpo y su Sangre.

La Eucaristía es lo más grande que tenemos los católicos recordemos que Jesús está presente con su Alma, Vida, y Divinidad en lo que nuestros ojos humanos vemos como un pedazo de pan, por eso es necesario que le pidamos constantemente que nos aumente la fe, porque es preocupante ver que la devoción al Santísimo ésta en decadencia, más atención le brindamos a nuestro celular que a la Hostia consagrada, inclusive cuando el sacerdote eleva la Hostia hay hermanos mirando tranquilamente quien les chateo y luego van a comulgar a Jesús sacramentado a quien no adoraron siquiera en la elevación. Me duele mucho cuando escribo esto porque pienso que Jesús sufre por tanta indiferencia de parte nuestra.

Cuántas almas que son verdaderas devotas del Santísimo están postradas en cama con inmensos deseos de poder asistir físicamente a la santa misa y recibir la comunión y si no se la pueden llevar se conforman con hacer la comunión espiritual y nosotros, Bendito sea Dios! que tenemos la gracia de estar presente, no agradecemos a Dios ese regalo.

Demos a Dios el lugar que merece en nuestras vidas, gocemos de la gracia que su misericordia nos ofrece para aumentar nuestra fe pero si seguimos dándole prioridad al celular aún en la celebración eucarística no avanzaremos espiritualmente porque no le damos el lugar que se merece. O estamos con Cristo en misa , o mejor seamos sinceros y quedémonos en casa chateando el tiempo que queramos pero, no lo ofendamos más de lo que ya está ofendido.

Tal parece que la tecnología ha borrado del chip de nuestro cerebro que, Jesús está presente en la Hostia consagrada y con el tiempo hemos grabado esa idea vendida y vamos a misa por cumplir como católicos pero, nos da igual tener o no tener fe a la hora solemne cuando su majestad es elevada para que llenos de amor y adoración lo reconozcamos como nuestro Dios y Señor. Recuerden lo que sugerimos en está reflexión: “Que tu santa redención traiga la salvación para mi y para todos los redimidos”.

Amén.