La presión de estar a la moda

La presión de estar a la moda

Muchas veces, la voluntad de ser aceptado pesa mucho más que la búsqueda de una identidad personal.

 

Por Karla Díaz

Con preocupación, Lilia se ha detenido a observar, pero sobre todo a escuchar las letras de las canciones que su hija Keyla de 13 años canta mientras está en su recámara. Frases que la dejan impactada y asustada por el toque vulgar y de doble sentido que llevan.

“En el momento sentí rabia y dolor porque pensé, ¿cómo permitimos esto como padres de familia?, ¿será que no estoy prestando la debida atención? Sin embargo cuando llamé a la niña y la cuestioné, su respuesta fue… mamá, no te preocupes, esto es solo moda”…

El problema de la gran influencia que tiene la moda en la adolescencia recae cuando ciertas tendencias como el baile, la música, la ropa, el maquillaje, los tatuajes y hasta la forma de hablar y expresarse,  exponen al joven a peligros o a malas actitudes que resulten negativas para su desarrollo.

También hay que tomar en cuenta que nuestros hijos dejan de ser niños para convertirse en adolescentes y pronto serán adultos. Eso significa que en unos años deberán tomar decisiones importantes sobre su vida y esto es un proceso evolutivo. Para poder hacerlo, primero han de tomar otras que no lo son tanto, como puede ser todo el tema que envuelve  la imagen y la moda.

 

Estar a la moda es estar dentro de la mayoría del grupo y eso genera tranquilidad y sentimiento de aceptación.

 

La profesora Bernuil de Quintero, quien labora en el MEDUCA , en su experiencia con jóvenes, destaca que en esta etapa de la vida aun se encuentran en su fase exploratoria, así que siguen modas para sentirse que son libres y más independientes de tomar sus propias decisiones, sin que los adultos los traten como niños; tiene que ver también un poco, la rebeldía.

“En cuanto a las modas, no podemos dejar por fuera la presión de grupo y la búsqueda de aceptación de sus compañeros, y en cuanto a lo físico, el joven puede llegar a pensar que con algunas modas pueden ocultar o disminuir alguna parte de su cuerpo que no les gusta”, recalcó.

 

¿Por qué siguen más  lo negativo que lo positivo?

En la mayoría de los casos, un joven que se le ha trabajado bien su autoestima en familia, con una formación de aceptación y valores, la tendencia es a practicar modas o extravagantes.

Sin embargo, si ha sufrido críticas y etiquetas inadecuadas por parte de los padres de familia y de su entorno, va a querer llamar la atención.

“Por ellos es muy importante saber escuchar a los hijos, educarlos en valores, fortalecerles su autoestima y que se sientan amados en casa para que no sean presas de la presión de grupo”, puntualizó la docente.

La moda influye en la personalidad y en el estado de ánimo.

Por su parte, el padre Nelson Magallón, Vicario de la parroquia San Francisco de Paula en La Chorrera, destaca múltiples factores. Como sacerdote joven señala como uno de ellos, el marketing, esa especie de sistema que conoce la psique humana, y a partir de ese conocimiento de mente, tiene la capacidad de vender productos, mostrándolos como necesidades, es decir, dando a entender que sin eso no se puede vivir.

“El marketing se aprovecha además de las vulnerabilidades humanas, por ejemplo, en la adolescencia hay una fuerte búsqueda de la identidad, y en esa búsqueda se es vulnerables a las presiones y ofertas de los medios. El marketing conoce bien esas falencias de la psique y entra por allí”, destaca el sacerdote.

Y es así como los jóvenes quieren tener el último modelo de celular o las zapatillas de “moda”.

Los padres y su papel

Para educar a nuestros hijos debemos contar con el ambiente que les rodea. No podemos tenerlos encerrados y no dejarlos ser, pero tampoco dejarlos tomar decisiones a su gusto y sin orientación.

Lo que sí es una realidad, es que la moda siempre estará allí, yendo y viniendo en nuestro día a día y en la vida de nuestros seres cercanos. Lo peor es querer tapar el sol con un dedo y no aceptar los cambios y gustos bruscos, pero sí debemos estar atentos y pendientes de lo que miran, escuchan y consumen nuestros hijos para limitar o sacar provecho de lo que ofrece la moda de hoy.