Después de más de dos años sin poder utilizarla, debido a problemas de mantenimiento y retrasos en los pagos a las empresas contratistas, la Capilla Nuestra Señora de la Merced ha vuelto a abrir sus puertas, llenando de esperanza a las mujeres que residen en CEFERE.
Por Marianne Colmenárez
Pareciera que las privadas de libertad han recibido una carga de 500 mil vatios de esperanza y Espíritu Santo, este lugar para ellas es vital, allí encuentran paz y un espacio de oración personal”, así lo manifestó fray Francisco Javier Palomares, delegado episcopal de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Panamá en relación a la reapertura de la Capilla Nuestra Señora de la Merced del Centro Femenino de Rehabilitación ‘Cecilia Orillac de Chiari’ (CEFERE).
El pasado domingo 15 de septiembre, la reapertura marcó el inicio de la novena en honor a Nuestra Señora de la Merced, con la celebración a cargo del diácono Jesús García, designado recientemente por Monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá, para apoyar en la pastoral penitenciaria.
Para el religioso mercedario esta capilla es como un pulmón para el centro, ya que es un lugar apartado dentro del recinto que les brinda un aire especial y les permite sentir como si estuvieran fuera de la cárcel.
Instalaron un nuevo techo, aires acondicionados y abanicos, además de ser completamente pintada.
“Las nuevas autoridades, al ver que este lugar amplio y digno estaba casi en ruinas, ordenó su restauración. Las internas están felices de haber recuperado este espacio, que utilizaban para sus oraciones personales y para visitar al Santísimo. Además del templo sagrado, la capilla cuenta con un baño, una sacristía que también sirve como despacho y un depósito” expresó Palomares.
El desafío del voluntariado
Si bien, la Pastoral Penitenciaria cuenta con voluntarios, el delegado episcopal destaca la dificultad para mantener su compromiso constante. “Se deja ver un entusiasmo inicial de muchos voluntarios, pero por diferentes razones no logran concretar su participación”, resaltó.
Manifestó que existe la necesidad de reforzar el área jurídica con abogados que estén dispuestos a colaborar de manera gratuita, para abordar problemas como la mora judicial, que impide la salida de muchas personas incluso cuando ya han cumplido su condena”, destacó.
Un encuentro con Cristo
Candy Bejarano, una migrante colombiana que vive en Panamá desde hace 17 años, también ha encontrado en la Pastoral Penitenciaria una misión de vida.
Su primer contacto con el mundo penitenciario se dio casi por casualidad, cuando una religiosa de Cali le pidió hospedaje y solicitó su compañía para visitar a una paisana privada de libertad. Ese acto de caridad dejó una profunda huella en Candy, quien comenzó a preguntarse cómo podía ayudar.
El llamado de servicio se intensificó durante la crisis sanitaria del COVID-19, cuando desde su parroquia, San Juan Apóstol de Brisas del Golf, se organizaron para evangelizar y entregar donaciones a los centros penitenciarios.
En una de esas ocasiones, conoció al padre Francisco Javier Palomares, quien visitaba su parroquia. “No dudé en expresar mi deseo de formar parte de la Pastoral Penitenciaria, me sentía llamada a hacer algo más”, recuerda.
Actualmente, Candy apoya en la coordinación de los voluntarios de la pastoral, organizando las visitas al CEFERE de los jueves y domingos.
Requieren más voluntarios que deseen acompañar las visitas a los centros penitenciarios masculinos: El Renacer, Tinajitas, La Nueva Joya, La Joya y La Joyita.
“Cuando entras a la cárcel, te acogen con amor; ellas te esperan. El día que no voy siento que estoy dejando plantado al Señor”, expresó con emoción.
Asegura que en esas visitas se encuentras con Cristo, y sin juzgar a nadie, ni hacer reclamaciones. “Enfocados en la misión buscamos esa sed que hay en cada persona, porque cada una de ellas es una historia”.
“Cada día en la pastoral me recuerda que ellas no están solas, y que nosotros, como iglesia, somos los brazos que las acogen cuando salen, y los que visitan a Cristo crucificado entre rejas”, concluye Candy.
Un camino de libertad interior
Rosa Alveo fue condenada a nueve años de prisión debido a las malas decisiones de su pareja de ese entonces, quien utilizó su hogar para cometer un delito. “Fui condenada por ser la dueña de la casa, dejando a mis dos hijos pequeños solos”, recuerda con dolor. Sin embargo, en medio de esa situación desesperante, encontró consuelo en la pastoral penitenciaria.
La capilla Nuestra Señora de la Merced se convirtió en su refugio, donde encontró una familia espiritual que la acogió en su proceso de adaptación a la vida en prisión.
“Primero me integré como voluntaria, luego formando parte del coro, y finalmente como coordinadora de la capilla. A pesar de estar en la misma situación que las otras privadas de libertad, yo me sentía libre”, comenta, haciendo referencia al alivio espiritual que encontró en su servicio”.
La pastoral le permitió ver la vida desde una nueva perspectiva y, sobre todo, reforzar su fe en Dios. “La pastoral en el CEFERE me enseñó que Dios nunca te abandona, que nos ama y nos perdona. Mi libertad es una oportunidad que Dios me dio”, dice emocionada.
En diciembre de 2023, tras ser despedida de su trabajo, acudió a la iglesia de Nuestra Señora de la Merced en el Casco Antiguo para dejar su hoja de vida. No había vacantes en ese momento, pero tiempo después, Fray Francisco Javier Palomares, responsable de la pastoral, la llamó para ofrecerle el puesto de secretaria en la Pastoral Penitenciaria.
“Me quedé pausada al escuchar la propuesta”, comentó. Rosa vio esa oportunidad como una señal de Dios, y aceptó el puesto con humildad.
Hoy, desde el otro lado del muro, sigue apoyando a los privados de libertad, y siente un profundo orgullo por poder contribuir de alguna manera a mejorar sus vidas.
Encuentro Nacional
Este año, la Pastoral Penitenciaria busca retomar su Encuentro Nacional, después de un largo receso debido a la pandemia. El próximo sábado 28 de septiembre se llevará a cabo en la diócesis de Colón el IX Encuentro Nacional de Pastoral Penitenciaria.
El evento reunirá a capellanes, sacerdotes, diáconos y voluntarios que ya colaboran o están interesados en sumarse a esta misión.
Fray Francisco Palomares explicó que se reunirán en el Instituto Profesional y Técnico de Colón, solo quienes hayan realizado su inscripción previa. Los interesados pueden escribir al correo: pastoralpenitenciariapty@gmail.com
Donaciones
Las parroquias pueden colaborar recolectando donaciones para los centros penitenciarios, y coordinar la entrega en la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, ubicada en el Casco Antiguo.
Los artículos más necesitados incluyen: jabón en barra, pasta de dientes, desodorantes y cepillos de dientes.
Dado que existe una normativa estricta para el ingreso de estos materiales, se recomienda revisar el sitio web del sistema penitenciario, donde se encuentra un listado actualizado de los artículos permitidos, tanto en los centros masculinos como femeninos.
Solemnidad de Nuestra Señora de la Merced
El 24 de septiembre, día de la solemnidad de Nuestra Señora de la Merced, se celebrará una eucaristía simultáneamente en todas las cárceles del país. En la parroquia Nuestra Señora de la Merced, en el Casco Antiguo, el arzobispo Metropolitano presidirá la misa a las 8:00 de la mañana, que será transmitida por FETV.
Invitan a hombres y mujeres que han sido liberados y desean continuar vinculados a la pastoral penitenciaria. Durante la ceremonia, se les impondrá el escapulario de la Merced, y se compartirá un momento fraterno con ellos.