El evento se celebró bajo el lema «Dios camina con su pueblo», en conmemoración de la 110ª Jornada Mundial del Migrante y Refugiado.
Marianne Colmenárez
La Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Panamá celebró con entusiasmo el Primer Festival de las Naciones como un preludio a la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que se llevará a cabo el último domingo de septiembre. Este animado evento, lleno de color, sabor y cultura para toda la familia, se realizó el domingo 15 de septiembre en el salón Marcos Gregorio McGrath de la Curia Metropolitana.
Jorge Ayala, secretario ejecutivo de esta pastoral y director del Hogar Luisa, expresó el espíritu del festival con emoción: “Estamos aquí para celebrar la verdadera diversidad, aquella que surge del intercambio de costumbres, tradiciones y creencias, que dan lugar a una rica y valiosa interculturalidad en nuestro país.”

Diversión para todos

El festival tuvo de todo: música, bailes, arte y una amplia variedad de gastronomía. Los niños disfrutaron a lo grande con juegos, castillo inflable, algodón de azúcar y palomitas de maíz gratis, además de la animación especial a cargo de Tavitin, quien mantuvo a los más pequeños entretenidos durante todo el día.

El público también disfrutó de una tarima cultural de lujo, con presentaciones del coro de la Pastoral Afropanameña, el conjunto Proyecciones Sabino Durango, las academias Flamenco Panamá y Rasheda Estudio de Danzas, actuaciones estelares del cantante venezolano José Ramírez y la bailarina nicaragüense Raquel Espinoza. Todo ello bajo la animación del artista panameño Luis Arteaga, y la carismática cantante venezolana Thaity Rozo.
Un festín cultural
La jornada no solo estuvo llena de entretenimiento, sino también de sabores internacionales y de distintos emprendimientos de Alemania, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Italia, Nicaragua, Panamá, Perú, Portugal y Venezuela.

Ligia Ruiz, misionera scalabriniana y colaboradora de la pastoral, destacó: “En este mes de la Sagrada Escritura, los católicos del mundo estamos llamados a reconocer la riqueza del otro y promover una auténtica expresión de la comunión universal de la Iglesia.”
El evento también ofreció asesoría migratoria gratuita a cargo de la Fundación Casa Latinoamericana.