Qué giro han dado los conceptos! Como decía Chesterton, las virtudes se vuelven locas y se enfrentan contra su propia madre!
Si un ciudadano hace uso de su libertad y acude a misa, corre el riesgo de ser llamado fanático, sobre todo si es un político. En cambio si un político es detenido por escandalizar y andar tomando, inmediatamente es promovido para realizar una película. Pero si además está a favor del aborto, entonces ya es una estrella de la libertad y es llamado persona vanguardista y de “avanzada”.
Los que proclaman la tolerancia se vuelven intolerantes. Si a un joven se le ocurre acudir a saludar los restos de Santa Teresa, corre el riesgo de que lo llamen fanático. Pero si sale a escandalizar para protestar por una causa social entonces es un gran luchador social.
Los que hablan de tolerancia se vuelven intolerantes contra los que no comparten esa visión de la vida. Así conceptos como libertad, y tolerancia corren por el mundo… dos virtudes que se han vuelto locas y ahora atacan a la misma libertad en nombre de la libertad y a la tolerancia con actitud intolerante.
Ante estos elementos que se nos presenten, tenemos mucho que reflexionar. El maestro eterno Jesús fue intolerante con el pecado, pero tolerante con el pecador, y qué mejor estampa que aquella de “aquél que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”… una absoluta misericordia, una absoluta tolerancia a la persona. Pero agrega “No peques más”. El maestro eterno no cede ante el mal.
Quizá lo que nos lastima como sociedad y como individuos es que hemos huido a la verdad y hemos invertido los conceptos para utilizarlos a favor de nuestro egoísmo: libertad, tolerancia, respeto, censura, y muchas más se han convertido en conceptos vacíos.
Por esa vía tendremos hombres vacíos, sociedades hambrientas, pueblos sedientos.