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Las despedidas de Jesús

Las despedidas de Jesús

Jesús entra en Jerusalén, donde sus enemigos se habían unido y estaban decididos a matarle, pero no se atrevían por miedo al pueblo. En realidad no ocurría porque Jesús era dueño de sus acciones y juzgaba que su hora no había llegado todavía.

Sus adversarios cambiaron la opinión pública, sus días están contados, Jesús lo sabía, por ello se despide de sus adversarios, de Jerusalén y de sus amigos.

Despedida de sus adversarios: Para hacer caer a Jesús idean tres trampas: El tributo al César, la resurrección de los muertos y el primero de los mandamientos; en ninguno de ellos sorprendieron a Jesús. Y cuando Jesús les cuestiona sobre Juan Bautista, si el Mes.as era hijo de Dios o de David, no pudieron contestarle.

Entonces Jesús se defiende con tres gestos:

• Gesto simbólico: maldice una higuera, significando que se había acabado el tiempo de la paciencia de Dios con el pueblo de Israel, rebelde y sin frutos.

• Nueve Parábolas: resume del juicio de Dios con el incrédulo pueblo de Israel, su falta de fe en los profetas y en la venida del Hijo de Dios, remarcando que los asientos reservados a los descendientes de Abrahán pasarán a extranjeros, como pueblo nuevo.

• Críticas directas y fuertes: las palabras de Jesás, dirigidas a sus enemigos, son páginas muy duras de la Biblia. En ellas denuncia la mala fe de los fariseos y escribas, llamándolos hipócritas, guías ciegos, raza de víboras y sepulcros blanqueados.

• Despedida de Jerusalén: Jesús, como todo judío amaba Jerusalén, llora por ella, hizo todo lo posible por salvarla, pero ella no quiso. De ahí el gran discurso de Jesús sobre la ruina de Jerusal.n (Mt 24; Lc 19,41-44).