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Las parábolas del Reino (Lc 15)

Las parábolas del Reino (Lc 15)

Lc 15 es el corazón del Evangelio de Lucas. Es la revelación de lo que Dios quiere y que Jesús hace; y es también la revelación del juicio que divide a las personas, entre las que aceptan la Buena Noticia y las que la rechazan.
La misión de Jesús continúa molestando a las autoridades y siguen los choques y provocaciones de los Doctores de la Ley y los Fariseos. El hecho de que Jesús reciba a marginados y excluidos de la sociedad, que se acercaban a escucharlo, les causa escándalo y desprecio. Frente a estas críticas, Jesús responde con tres parábolas.
La primera que les relata, es la del pastor, que teniendo cien ovejas, pierde una y dejando a las 99, va en busca de la oveja perdida. La segunda parábola, narra que una mujer que tiene diez monedas pierde una, y que no descansa hasta encontrar la moneda perdida. La última, es la conocida como “la del hijo pródigo”.
En las dos primeras parábolas se ha roto la unidad, simbolizada por 100 y 10, algo se perdió y la intención de los protagonistas es la de restablecer esa unidad; en ambas, la oveja y la moneda perdidas, representan a los pecadores que se convierten. También Dios hace fiesta cuando un solo pecador se convierte.
En las tres parábolas, los protagonistas han perdido algo, que al recuperar, les provoca una inmensa alegría que celebran con vecinos y conocidos. En los tres casos Jesús no pretende defenderse a sí mismo, sino a lo que quiere el Padre. Lo que está en juego aquí, es si aceptamos o no la justicia del Padre, que con su amor transforma nuestra manera de pensar y de actuar.