, ,

Los niños que leen libros son menos dados a la dependencia tecnológica

Los niños que leen libros son menos dados a la dependencia tecnológica

Los dispositivos electrónicos menoscaban las competencias blandas, como la tolerancia y la paciencia. Los padres  de familia deben ser ejemplo para que los niños se animen a leer libros y se les haga hábito.

 

Por Elizabeth Muñoz de Lao

Una parroquiana llevó a sus nietos a la cafetería próxima a la iglesia. Los niños, de siete y once años, sacaron un libro cada uno y se introdujeron en el mundo de la lectura, ajenos a lo que sucedía a su alrededor, mientras su abuela conversaba con amistades.

Una de ellas levantaba sus manos al cielo, visiblemente emocionada, pues, según dijo, no veía a un niño leyendo libros clásicos desde hacía años. Solo los observaba entretenidos con sus celulares.

Ese es el escenario en nuestros días. La tecnología llegó para quedarse, pero no siempre su uso es el adecuado, como tampoco el tiempo que dedican a ella los pequeños de la casa. Pero, ¿se incentiva, desde la familia o la escuela, el hábito de la lectura? ¿Hay suficientes bibliotecas en los barrios o pasaron de moda? ¿Hay librerías suficientes?

 

Justamente, del 15 al 20 de agosto, se celebra en Panamá la Feria del Libro, que entre sus propósitos está el de promover el hábito de la lectura.

Leamos qué opina un experto en la materia: el profesor Montgomery A. Johnson Mirones, secretario ejecutivo de Educación de la Conferencia Episcopal Panameña, quien respondió a las preguntas de este medio sobre el tema.

 

PC: ¿Cree usted que los celulares y videojuegos han mermado la lectura de libros en los niños?

MJ: Sí. Los dispositivos electrónicos, brindan satisfacción instantánea y usados sin mesura a edades tempranas causan diferentes estragos en los niños, incluso causando una dependencia tecnológica que impide el desarrollo de otras habilidades tales como la imaginación. Peor aún, menoscaban competencias blandas, como la paciencia y tolerancia, haciendo que los niños vean la vida como un video juego que puedo pausar, avanzar o retroceder a mi antojo cuando la vida real no es así. Algunos se encapsulan tanto en la tecnología desmesurada que dejan de ver la vida a su alrededor.

Los libros requieren de paciencia para poner en práctica la imaginación, pero la tecnología ha encandilado tanto a los niños que ha vuelto que las mentes sean perezozas y busquen siempre el menor esfuerzo para lograr algo. Los libros se han vuelto sinónimo de «tarea» o «escuela» o de algo «anticuado», o que solo los «intelectuales» usan,  lo que hace que se alejen más aún por los estereotipos que se han formado.

PC: ¿Qué se puede hacer para incentivar el hábito de la lectura en los niños?

MJ: Se les debe mostrar que los libros no solo son académicos, sino que hay de muchos géneros para todos los gustos. No se usan libros solo para estudiar y hacer tareas. Para incentivar hay que poner el ejemplo también. Nosotros como adultos, ¿estamos también archivado todo lo que sea libro en papel? ¿O nuestros hijos nos ven leyendo en vez de ver TV? Se les puede enseñar a los niños a leer en familia desde pequeños, contarles historias desde los libros y no desde el celular. Tener un buen libro sobre la mesita de noche, leer al acostarnos, en vez de usar los dispositivos.

Hay que ponerles límites de tiempo. /Bruce Mars. 

Así como en algunos lugares promocionan «hay WiFi», se puede incentivar campañas tipo «aquí leemos» o «zona de lectura» y hacer de este espacio un lugar cómodo, atractivo y acogedor.

 

PC: ¿Hay en las librerías y bibliotecas suficientes y buenos libros que llamen la atención del público infantil? ¿Hay incentivos, como cuenta cuentos?

MJ: No, comenzando que en Panamá las librerías y bibliotecas no son «trendy» ni moda, y son más tipo de adultos. A los que van se les etiqueta como «gusanos de biblioteca», y nadie le gusta ser etiquetado. En algunos lugares puede haber rincones infantiles o áreas de lectura, lo cual es muy positivo. Hay que tener mucho cuidado también con lo que reciben nuestros niños y protegerlos contra los abusos de ideologías anti familiares y antinaturales. Los niños son la presa más fácil de aquellos que quieren dañar la familia, así que hay que tener cuidado con lo que nos quieren ofrecer porque lo que para nuestras generaciones eran cuentos de niños, ahora esos cuentos de niños vienen con intenciones de agenda escondida.

Las bibliotecas se usan más como lugar de estudio, con suerte, que como lugar de investigación o mero ocio. En cada pueblo se construyen canchas sintéticas, pero nadie piensa en crear una biblioteca o área de lectura.

La Biblia es el libro más vendido, pero menos leído. En algunas casas lo tienen de adorno, pero no es usado para leer y disfrutar en familia de las enseñanzas de Dios.

 

PC: ¿Qué aconsejaría a los maestros y padres de familia?

MJ: Principalmente a los padres de familia, a que seamos modelo de lo que quieren ver en nuestros hijos. ¿Cuántas veces nos han visto con un libro en la mano versus un dispositivo electrónico? Hay que leerles a los niños desde chicos, y con libros en papel, no digitales. Llevémosle a las bibliotecas como una salida familiar, y no para hacer una tarea. Tengámosle su rincón de lectura en casa, y vayamos haciéndoles su propia biblioteca de los libros que han leído.

 

Que el celular no se apodere de los niños

La experiencia de la vendedora Nicole Vargas, de la Librería Católica de la Arquidiócesis de Panamá, es que la venta de libros infantiles es movida y bien vista, pues este tipo de lectura ayuda a que los niños tengan un mejor conocimiento del tema religioso, de su fe.

“La verdad, muchas veces llegan padres con sus niños y adquieren libros de temas relevantes para su fe, si el niño pide un libro, lo llevan con gusto”, argumenta.

 

En la Librería Católica, abundan los libros infantiles con temas religiosos, fáciles de leer.

Sin embargo, Nicole hace una crítica: “en la vida cotidiana, la lectura solo se emplea cuando estamos en el colegio, y  no debería ser así, y menos permitir que el celular sea un instrumento que se apodere de los niños de corta edad”.

Al respecto, el profesor Montgomery Johnson advierte que los celulares no son aparatos que deben ser usados para «calmar» a los niños, o para que «no molesten». Hay niños que hasta les dan un celular o video juego en misa para que se «distraiga”, señala.

Con esta acción, ¿qué le estamos diciendo al niño? Están dejando de ver y disfrutar el paisaje porque solo tienen la cabeza agachada viendo el dispositivo.

Tampoco se debe ser drástico y eliminar del todo lo electrónico, pero ciertamente hay que consultar con especialistas a partir de qué edad pueden comenzar a tener un celular o tableta en la mano. Después de esa edad, hay que poner límites de tiempo, para que lo conjuguen con el aire libre y la diversión social también, concluye el profesor.