Los Siervos de Dios de Panamá

Los Siervos de Dios de Panamá

Por primera vez en Panamá la feligresía fue testigo del depósito de las reliquias de una Sierva de Dios. Fieles de la Villa de Los Santos y devotos de la Niña Anita asistieron a la Misa en Sufragio presidida el pasado miércoles 18 de julio en la Iglesia San Atanasio por el Obispo de Chitré, Monseñor Rafael Valdivieso.

Se bendijo el nuevo sepulcro donde descansan las reliquias de la Sierva de Dios y desde entonces se acercan con devoción para orar, agradecer y pedir a Ana María Moreno.

Para el sacerdote agustino Pedro Moreno, Postulador de la Causa de la Niña Anita y también promotor de otro Siervo de Dios: el Padre Moisés Gonzáles Crespo; esta celebración eucarística marcó un momento histórico para la Diócesis de Chitré y de la nación panameña. “Ella es el primer fruto de santidad de la Iglesia de Chitré, Ana María Moreno inaugura este camino de santidad que es posible para todos los cristianos, es necesario que los panameños creamos esto” afirmó.

El Proceso de Beatificación y Canonización es largo, tiene distintas fases. El presbítero explica que en estos momentos siguen trabajando con ahínco en la primera fase llamada diocesana. Esta etapa inicio el pasado 1 de febrero, cuando se instaló y juramento el Tribunal de los Interrogatorios al equipo de notarios y a la Comisión Histórica.

“En esta fase se realizan todas las investigaciones y análisis necesarios, así como también entrevistas a testigos. Para la causa de la Niña Anita tenemos más de 45 testigos de avanzada edad, ya que ella murió en 1977. Se han entrevistado a sacerdotes, familiares, vecinos que le conocieron en vida, la trataron y aprendieron muchísimo de sus obras” señaló el postulador de la causa.

Por su parte la Comisión Histórica integrada por el sacerdote Rolando Castillo, y los profesores Fulvia Ocañas y Ubaldino Sandoval están reuniendo todos los datos posibles, analizan sus cartas, los libros que ella leía, toda la información existente sobre los aspectos de la literatura de la Sierva Dios.

“Ana María Moreno escribió muy poco, solo tenemos dos discursos y una carta familiar. Lo que nos llama muchísimo la atención, es que sobre ella han escrito personalidades de la época, como el presidente de la República, el Ministro de Estado y Obispos”

Esta santeña recibió en vida condecoraciones de alto perfil, como la Declaración Hija Predilecta del Distrito de Los Santos en 1946, que le mereció una prolífica producción literaria, en 1958 le otorgaron la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice que el Papa reserva para seglares, clérigos y consagrados católicos con reconocidos méritos y la Orden Vasco Núñez de Balboa, rango Gran Comendador en 1959 del gobierno nacional, con motivo de sus 50 años de docencia.

Su casa en la calle 10 de Noviembre de La Villa de Los Santos fue hospital, asilo, refectorio, santuario providente para los pobres, escuela, asidero de clérigos y religiosas, farmacia, artesa, fábrica consagrada a la caridad y el culto católico familiar y litúrgico; casa abierta para todos.

El sacerdote Juan Solís experto en derecho canónico, es el Juez del Tribunal de los Interrogatorios, delegado por el Obispo de Chitré. Manifiesta que al abrir un proceso de este tipo, el gran aporte de la feligresía en general consiste en orar para que la Iglesia, con todos sus instrumentos de investigación, llegue a alcanzar la verdad sobre la santidad o no del investigado.

¿Qué procede luego de estas investigaciones?

Tanto en el caso de Ana María Moreno y el padre Moisés González Crespo, la Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examinará el informe que se enviará desde Panamá para terminar formalmente con la fase diocesana. El Vaticano hará un juicio sobre el informe y solo quedará esperar.

Un misionero que no podemos olvidar.

Debemos recordar que el proceso de beatificación del religioso agustino, padre Moisés González Crespo también va caminando, igual en su primera fase diocesana. Se estima que culmine en diciembre de este año ya que inició su proceso antes que la Niña Anita.

La solemne apertura del proceso se celebró el pasado 18 de diciembre de 2015, en Tolé, 35 años después de su muerte. Un jueves 18 de diciembre de 1980 murió ahogado en las caudalosas aguas del Río Tabasará, cuando intentaba atravesarlo a nado a las alturas de Llano Ñopo.

“Su muerte ha sido considerada, desde el primer momento, como un signo de su entrega por amor, un verdadero apóstol del evangelio” afirmó Fray Pedro Moreno.

Desde que llegó proveniente de España a Panamá en 1973 estuvo a disposición del servicio de los pobres que le fueron encomendados. Y consiguió la muerte luchando por llegar a los pueblos que le esperaban para preparar las fiestas de Navidad en las comunidades indígenas.