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Mayo, mes dedicado a los profesionales de la salu

Mayo, mes dedicado a los  profesionales de la salu

Julio V. Suárez M. 

El 21 de mayo se conmemora el Día del Médico.  Esta fecha fue elegida luego de la creación de la Escuela de Medicina el 19 de junio de 1951, siendo Rector de la Universidad de Panamá, el Dr. Octavio Méndez Pereira.  La primera graduación de médicos de dicha facultad se realizó el 18 de febrero de 1955, siendo decano de la misma el Dr. Antonio González Revilla y bajo la rectoría del Dr. Alejandro Méndez Pereira.  En dicha promoción se graduaron 21 médicos varones y cuatro damas.

La información anterior aparece en mi primer libro titulado “Historia de la Medicina en Azuero”, presentado en el año 2004, el cual recibió una magnífica acogida.

Lo contrario ocurrió con mi segunda obra sobre medicina, titulada “Historia y Evolución de la Medicina, Humanismo y Filosofía”, ya que en ella menciono conceptos como la deshumanización, comercialización y el deterioro que ha sufrido la práctica de esta noble profesión.  Y como se menciona en el prólogo, donde se manifiesta que la profesión debe centrarse en la aplicación de los más preciados valores de la humanidad, como son la vida y la salud.

Estas carencias se confirman en las constantes quejas de los pacientes por las dificultades que afrontan en la consecución de citas médicas, el atraso en los procedimientos quirúrgicos y en la falta de medicamentos en las entidades de salud.

En esta última obra menciono conceptos de destacados científicos, humanistas y profesionales de la salud, como son:

“El más alto grado de la Medicina, es el amor.  El amor enseña tal arte y sin amor no se podría ser médico.  Charlar y decir cosas agradables es tarea de la boca, mientras que servir y ser útiles, es tarea del corazón.  Por el corazón se forja al médico y lo insta a hacer el bien y evitar el mal”.  Parecelso.

“La práctica de la medicina es un arte, no un comercio; una creación, no un negocio; un llamado en el cual tu corazón se ejercitará igual que la mente.  A menudo parte de tu trabajo no tendrá nada que hacer con pociones ni con medicamentos”.  Sir William Osler.                                                                                     

A raíz de esta pandemia viral, se observaron demostraciones muy positivas hacia los profesionales de la medicina, por su esmerada y abnegada atención hacia los pacientes infectados por el COVID 19, aun a riesgo de su salud, de su vida y la de sus familiares.

Sin embargo, con el pasar de los días, las aclamaciones hacia el personal de salud, se tornaron en repudio y desprecio por parte de un grupo de personas ignorantes que temían ser contagiadas en los transportes, los ascensores de los edificios, en las calles y en sus vecindarios.  

Además de los desplantes, los trabajadores de la salud han recibido insultos, amenazas y hasta golpes, de parte personas sin educación ni cultura que no reconocen los esfuerzos ni sacrificios de aquellos que se dedican en cuerpo y alma a cuidar, alentar y confortar a los pacientes que padecen de este terrible virus.  

Entre los valores más importante del ser humano, están la sensibilidad, la humildad, el respeto y sobre todo la gratitud hacia aquellos seres que, actualmente, sacrifican sus vidas con el objetivo que garantizar la salud, la vida, la paz y la tranquilidad de sus semejantes.       

Deseo terminar ofreciendo mi respaldo, agradecimiento y apoyo a todos aquellos profesionales de la salud, llámense enfermeros y médicos que, sin importarles su sacrificio personal y familiar, siguen trabajando y esforzándose para brindar apoyo médico, emocional, caritativo, amoroso y consolador a todos aquellos que atraviesan un mal momento en sus vidas, a causa de este terrible mal del COVID 19 y a sus familiares.  Dios recompensará sus sacrificios.