Hace cinco años la diócesis de Chitré inicio desde la pastoral juvenil diocesana el proyecto de misión en comunidades de esta región. La principal labor del misionero es la evangelización, visitando casa por casa y llevando el Kerygma después de haber recibido una preparación espiritual y bíblica.
La más reciente misión que realizó este equipo fue en el año 2013, en toda la diócesis de Chitré (Herrera) y Los Santo, pero actualmente los grupos juveniles parroquiales hacen experiencias anualmente, asegura el padre Johnathan Mendoza, asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana.
Labores realizadas
Como parte de las acciones pastorales que ejecutan estos jóvenes es atender las necesidades que presentan las comunidades o familias misioneras que los hospedan, es así como colaboran en: trabajos que realizan en las capillas, tareas domésticas, visita a ancianos y enfermos, todo esto viviendo en el servicio un testimonio fuerte de cristiano activo.
Misión 2020
Guiados por el lema “El evangelio es para todos”, setenta jóvenes participaron en la Misión Juvenil Diocesana realizada en las parroquias de San Pedro Apóstol de Los Pozos, San Juan Bautista de Macaracas y Santa Bárbara de Las Minas.
La misión, organizada por la diócesis de Chitré, se llevó a cabodel 5 al 9 de febrero del presente año y permitió a los setenta jóvenes conocer la realidad de la iglesia en las comunidades.
Comunidades visitadadas
Los jóvenes fueron enviados a 20 comunidades en Macaracas: Chupá, El Cedro, La Mesa, Llano de Piedra. En Los Pozos: El Barrero, El Copé, El Piro, Jacintillo, La Canoa, La Loma, Las Lagunitas, Los Cerritos, Cerros de Paja, El Capurí, La Sabaneta, San José, Ojo de Agua y La Arena.
Explica el padre Mendoza que en estas regiones, los misioneros fueron a proclamar la Buena Noticia de Jesús, nuestro Señor y Salvador, contagiando la alegría del Amor de Dios, el servicio a los demás y el fortalecimiento de la fe.
La organización de esta misión, para la mayoría de los jóvenes, fue una experiencia nueva. Testimoniar a Jesús, ir de puerta en puerta llevando el anuncio de la salvación, venciendo los miedos y las incertidumbres. Así como estar con compañeros de misión que no conocían y luego se convirtieron en hermanos, reunir y convocar a una comunidad para compartir y reflexionar unidos en oración y entorno a la Palabra de Dios.
Testimonio Vivo
Raúl Henríquez, misionero de Parita, indicó que esta fue una invitación a través de la Pastoral Juvenil Diocesana que lo motivó a participar de la misión. “Fueron esas ganas de compartir el amor y la alegría de Dios a través de su Palabra, con aquellas personas que lo necesitan, como dijo el papa Francisco “La Palabra es un don. El otro es un don”.
Entre tanto, Daniela Gamboa dice que, “Lo que la llevó a misionar fue el deseo de compartirles a las personas el amor y misericordia que Dios ha tenido con ella, algo que la sacó de su comodidad, a pesar de su preparación se impactó con las enseñanzas que recibió en cada visita y encuentro”.
Yarithzel Rodríguez, quien proviene de la comunidad de Parita, explica que Dios la llevó a vivir esta experiencia de misión y saber que hay muchas personas en lugares donde no poseen las facilidades para vivir un encuentro con Dios. Cada domingo le marcó, más aún tener esa disposición de llevarles la Palabra la motivó a misionar más.