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Neon Party, una experiencia distinta de diversión

Neon Party, una experiencia distinta de diversión

El grupo de misioneros de la Comunidad Católica Shalom que reside en Panamá demostró a los jóvenes que sí se puede organizar una buena fiesta de una manera saludable. El pasado sábado gozaron de una buena rumba sin dañar el cuerpo y el alma.

Desde las 8 de la noche llegaban en grupos a la casa de la comunidad de misioneros ubicada en el Casco Antiguo, justo detrás de la Iglesia San José.

Animados y en expectativa asistieron muchachos ya conocidos desde la Jornada Mundial de la Juventud, otros que fueron invitados por sus  amigos ya activos en la comunidad

Shalom y el resto de los asistentes que se enteraron del evento por las redes sociales. Kiara Vasconcelos, una de las organizadoras de la Fiesta Neón explica que por primera vez compartían esta experiencia de fraternidad acá en Panamá, pero siempre se hace en los países donde la comunidad tiene presencia.

“Tenemos como misión recuperar todos los espacios que fueron perdidos por

el pecado, el objetivo es transformar los medios por medios de paz.” manifestó.

Casualmente el DJ que animaba la Neon Party se llamaba Jesús y puso a bailar a todos con temas seculares de diferentes géneros, muy bien seleccionados, ninguna letra obscena en los set de baile.

“La idea es atraer a más personas para que tengan una experiencia cristiana,” aseguró Kiara. Agrega que el joven puede saborear una alegría mucho mayor sin tener que dejar espacio al consumo de alcohol o drogas.

En esta fiesta tenían áreas de juegos: Jenga, twister y sod pong un juego que fue modificado por uno de los voluntarios de la comunidad. Originalmente en este juego los participantes tratan de encestar desde el extremo de una mesa, con pelotas de ping-pong en vasos llenos de cerveza, en este caso colocaron refrescos.

Y ¿qué tomaban?

Ofrecían una buena alternativa para disfrutar del ambiente festivo. Una variedad de cócteles sin alcohol: Shalom Sunrise, Shalom Summer y Shalom Fresh. Elaborados a base de zumos y jugos de fruta, hielo, refrescos y especias.

Varias voluntarias se hicieron responsables de esta área, entre ellas se encontraba Magalis Ureña, ella junto a su hija, asisten a las reuniones de formación y evangelización organizadas por los misioneros.