“No necesito esperar morir para estar con Jesús, porque la eternidad comienza ahora”, Monseñor José Domingo Ulloa

“No necesito esperar morir para estar con Jesús, porque la eternidad comienza ahora”, Monseñor José Domingo Ulloa

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 Hoy celebramos la fiesta de Santa Catalina de Siena (1347-1380), patrona de Europa. Doctora de la Iglesia. No dejó de trabajar por la paz, y en 1374 ella misma se dio sin medida e impulsó a otros a hacerlo, durante una peste que asoló la ciudad de Siena y diezmó a una tercera parte de su población. 

Antes de iniciar la misa de hoy miércoles, el Arzobispo de Panamá hizo una reseña de Santa Catalina de Siena, una de las grandes místicas del Siglo XIV, de ella destacó la frase: “las flores son para Dios y los frutos para los hombres”. Es decir, el amor a Dios se expresa en las obras de misericordia para con los que nos rodean.

Después de esta introducción, se refirió a la primera lectura de este día que ofrece un ejemplo muy claro: Una persecución a nadie se le desea y siempre es temida como una grande calamidad, sin embargo, la persecución que sufrieron los primeros cristianos al obligarlos a dispersarse, trajo el beneficio de que el Evangelio se fue difundiendo por todos los lugares a donde ellos huían. 

“Los cristianos que no se habían propuesto misionar, pero que con su vida llevaban buena nueva y obraban los prodigios y señales del Evangelio”, dijo Monseñor Ulloa.

Trayendo la lectura a la realidad, respecto a la pandemia que vivimos, que ese cambio que experimentaron los primeros cristianos debemos llevarnos hoy a un cambio en lo social y en la vida de fe.

Para el Arzobispo de Panamá, la Iglesia del post coronavirus, no puede ser una iglesia clerical, sino sinodal, por lo tanto, la misión no se hace por separado, se hace en conjunto; clero y laicos tienen que comprender esta nueva realidad que nos obliga a respetar los espacios de cada uno.

Dijo que otro valor que nos ha dejado esta pandemia, es rencontrarnos con la familia, nuestra primera empresa, la hay que atender. Y siendo realista agregó: “No existe la familia ideal, en cada familia hay problemas, lo importante es superarlo juntos”, indicó. 

“La pandemia también nos ha hecho valorar más nuestra pertenencia a la parroquia, incluso muchos que no habíamos encontrado el valor de la Eucaristía ahora la añoramos”, señaló Monseñor Ulloa.

Volviendo a Evangelio de hoy, preguntó a los fieles que siguen la misa transmitida por FETV y Radio Hogar ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí vida? y él mismo responde: “que yo vea en Jesús a su Hijo y crea en Él, que yo lleve la vida en nombre de Jesús y que Él sea todo en mi vida”.

El Arzobispo de Panamá animó a que tengamos la seguridad y la convicción de que solo Aquel que nos dio la vida es capaz de dar sentido pleno a esta vida, y que Él puede dar la vida eterna. “La eternidad comienza ahora para quien entrega su vida a Jesús”, afirmó.

“Jesús es la vida, y todo aquel que en Él cree no perece, pero su vida se convierte plena. Podemos incluso tocar e la muerte o la muerte tocarnos, pero vamos a resucitar”, dijo convencido. 

Sin embargo, agregó: “no necesito esperar morir para estar con Jesús, porque la eternidad comienza, ahora, para quien entrega la vida a Él, para quien vive la vida en Jesús, para quien pone en Él su confianza, su esperanza y el corazón”.

 

 

A continuación, el texto completo de la Homilía de Monseñor Ulloa desde la capilla de su casa.

 

MIÉRCOLES III

Mons. José Domingo Ulloa M.

Hermanos y hermanas:

El Hoy celebramos la fiesta de Santa Catalina de Siena (1347-1380), patrona de Europa. Aunque es conocida de nombre es muy probable que sepamos poco de su vida. De su biografía señalamos tres cosas:

La primera es que ha sido proclamada Doctora de la Iglesia y sus enseñanzas, de alto contenido místico, se encuentran sobre todo en un libro conocido como El Diálogo. En ella se cumple el evangelio en el que Jesús dice: “te doy gracias, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”. Porque Catalina, que recibió poca formación intelectual, nos ha dejado una obra que es un auténtico tesoro. Numerosas gracias místicas, incluidos los estigmas, le acompañaron durante su vida y fueron formando su interioridad. Dichas experiencias se transforman en enseñanzas para toda la Iglesia en El Diálogo.

La segunda es que no dejó de trabajar por la paz, tanto civil (buscando la reconciliación entre la ciudad de Florencia y el Papado), como eclesiástica, defendiendo los derechos del Papa Urbano VI durante el Cisma de Occidente. Es suya la expresión, referida al Romano Pontífice: “dulce Cristo en la tierra”.

La tercera, que quiero recordar expresamente por la pandemia que nos afecta, es que ella misma se dio sin medida e impulsó a otros a hacerlo, durante una peste que asoló la ciudad de Siena en 1374 y que, según algunos, diezmó a una tercera parte de su población. Como ella misma decía, hablando de la devoción y de la caridad: “las flores son para Dios y los frutos para los hombres”. Es decir, el amor a Dios se expresa en las obras de misericordia para con los que nos rodean.

De nuevo vemos, cómo dos situaciones que nos parecerían «adversas» como es el caso de una persecución, son precisamente éstas las que hacen posible que la salvación se extienda al resto de la comunidad.

“Dios escribe derecho en renglones torcidos”, dice un antiguo refrán que decían las personas mayores cuando las cosas no parecían ir según los criterios humanos, pero que al final resultaba una cosa positiva.

La primera lectura de este día nos ofrece un ejemplo muy claro: Una persecución a nadie se le desea y siempre es temida como una grande calamidad, sin embargo, la persecución que sufrieron los primeros cristianos al obligarlos a dispersarse trajo el beneficio de que el Evangelio se fue difundiendo por todos los lugares a donde ellos huían. Cristianos que no se habían propuesto misionar, pero que con su vida llevaban buena nueva y obraban los prodigios y señales del Evangelio.

A nosotros nos cuesta mucho entender los caminos de Dios y con frecuencia protestamos cuando las cosas no salen de acuerdo con nuestros planes y proyectos. Pero Dios nos tiene algo mejor, si de verdad nos ponemos en sus manos y en nuestro corazón está plantado el deseo de vivir conforme a su voluntad.

Que hay dificultades y rechazos, que las personas no actúan de acuerdo con lo que a mí me gustaría, es verdad, pero siempre trato de hacerme esta pregunta: ¿cómo quiere Dios que actúe yo frente a estas dificultades y aparentes fracasos? Y encuentro como una especie de consolación al tener la certeza de que Dios me tiene reservado algo mejor, y aunque de momento no tenga las luces para descubrir por donde van sus planes, me siento seguro, muy seguro en sus manos, claro si estoy haciendo todo lo posible por vivir conforme a su amor.

Otra cosa muy diferente es cuando yo me dejo llevar por mis caprichos o por mis placeres y por mis egoísmos.

Las palabras de Jesús después de haber afirmado que Él es el pan de vida vienen a confirmarnos en esta seguridad: La voluntad del Padre es que todos tengan vida. Estos son los proyectos de nuestro Padre Dios y para eso nos ofrece a Jesús hecho Palabra y he hecho Pan.

La eternidad comienza para quien vive la vida en Jesús

 “Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día” (Jn 6, 40).

¿Cuál es la voluntad de Dios para mí vida? Que yo vea en Jesús a su Hijo y crea en Él, que yo lleve la vida en nombre de Jesús y que Él sea todo en mi vida.

No podemos poner nuestra confianza, nuestra esperanza, nuestra vida y nuestra fe en más nada, que no sea en Jesús.

Estamos delante del límite de la vida humana, una realidad que muchos de nosotros queremos ignorar, y no queremos pensar ni encarar.

Si no encaramos ahora [la fragilidad humana], vamos a encarar después, pero tenemos conciencia de ella es importante, No es para sentirnos fallidos, por el contrario, es para tener seguridad y la convicción de que solo Aquel que nos dio la vida es capaz de dar sentido pleno a esta vida, y que Él puede dar la vida eterna.

La eternidad comienza ahora para quien entrega tu vida a Jesús

Jesús es la vida, y todo aquel que en Él cree no perece, pero su vida se convierte plena. Podemos incluso tocar la muerte o la muerte tocarnos, pero vamos a resucitar.

Resurrección del último día, en realidad, corresponde a Resurrección del primer día, porque fue en el primer día de la semana que Jesús resucitó. Lo que sería para nosotros el último día, el fin de las cosas o el fin de los tiempos, se convierte, hoy, el primer día de nuestra vida, el primer día de la eternidad.

Es por por lo que, cada celebración Pascual, cada domingo, celebro mi eternidad, porque Aquel que yo creo resucitó, y nadie más puede quitarle la vida; y cuando estoy en Él, yo participo de la eternidad. No necesito esperar morir para estar con Jesús, porque la eternidad comienza, ahora, para quien entrega la vida a Él, para quien vive la vida en Jesús, para quien pone en Él su confianza, su esperanza y tu corazón.

Tengamos la vida de Dios en nosotros, porque Él está en nuestro medio, dándonos la vida llevando para vivir la eternidad con Él a cada día.

PANAMÁ, acatemos las normas que nuestras autoridades han implementado. Por ti, por los tuyos, por Panamá -Quédate en casa.

 

† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.

ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ