Las ciudades nicaragüenses de Managua, Masaya, Matagalpa, Carazo, Estel., Chinandega, y Rivas están bajo asedio. De manera especial, los templos católicos.
Los obispos panameños, ante la grave situación nicaragüense, hicieron pública su solidaridad con el Cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, ante las agresiones que sufren sacerdotes y fieles. “Condenamos estos actos de profanación que hieren sensiblemente la fe del pueblo católico”, subrayó el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Panameña.
En un comunicado oficial, los obispos panameños dicen compartir “el dolor y la impotencia que vive el pueblo y la Iglesia Católica en Nicaragua, ante la intransigencia que lleva a violar derechos humanos fundamentales como es el derecho a la vida digna, la libertad de expresión y de protesta, la libertad de movilidad y la libertad religiosa”.
Los rectores de la Iglesia panameña hacen énfasis en que “la respuesta jamás será la violencia”, y se unen al llamado de los obispos nicaragüenses, quienes piden al Estado “que escuche el clamor del pueblo que pide se respeten sus derechos”. “Como una sola Iglesia, nos unimos en oración para que se encuentren caminos de respeto, diálogo y reconciliación”, señalan.
