No es sólo evangelizar, sino dejarlo todo y hacerlo sirviendo en las áreas más apartadas del centro y el interior del país.
Por Karla Díaz
El trabajo en la iglesia con los jóvenes es siempre enriquecedor, pero llama mucho más la atención cuando escuchas que un joven es misionero. Panamá los tiene y prueba de ello es Misión País, un grupo de jóvenes bien establecido, que se basa en llevar el evangelio a los lugares más alejados de todo el territorio nacional, con el propósito de que se entienda y se aprenda de las realidades de las personas, de su vida y fe.
Zabdy Elena Naccari Mendoza es misionera desde hace 9 años; ha vivido la experiencia de misión en muchas comunidades y la ha compartido con muchos jóvenes.
Además, este es su segundo año coordinando la venta de Panorama Católico en Atalaya. Junto a 17 jóvenes están trabajando en la creación de un plan de venta, un servicio especial que brindan en apoyo al periódico.
¿Por qué lo hacen?
“Porque somos misioneros, somos serviciales y damos nuestro apoyo a quien lo necesite; como venimos de la misión que se desarrolló en el mes de enero, la venta del Panorama Católico se vuelve especial porque nos volvemos a encontrar para trabajar juntos y aportar nuestro granito de arena a nuestra iglesia”, dijo.
La joven agrega que es importante porque con ese apoyo se refleja lo que se vive en la misión. “Allá nos levantamos temprano, tenemos que alistarnos, hay que orar, hacer visiteos y talleres”, así que siempre se mantienen activos, dice la joven y por más que estén cansados agradece a Dios la oportunidad.
Zabdy señala que entregan ese tiempo y esfuerzo por los jóvenes del grupo Misión País, por sus familias, por los que ya no están, por los proyectos de la Iglesia, por Panorama Católico y por todas las personas que tienen presentes a Dios en su vida.
Por su parte, José Guerra tiene 27 años, y para él lo más importante de la misión es poder llegar a los jóvenes y compartir la Palabra de Dios en las comunidades. “Muchas personas nos dicen que somos un ejemplo a seguir, ya que en esta sociedad no se ve mucho que los jóvenes vayan tocando puertas para llevar el mensaje”.
¿Qué ha cambiado en sus vidas?
“Recuerdo que yo era una persona soberbia”, dice José, que pensaba que era más que los demás, pero cuando conoció Misión País descubrió que ese era su camino y ese llamado cambió en él muchas cosas.
Hoy, entre risas, destaca que algunos de sus amigos no entienden por qué decide irse a misionar en vez de asistir con ellos a otro lado. “Siento que aquí soy feliz con lo que hago y compartir con los demás chicos la Palabra es satisfactorio para mí”.
Misión País tiene presencia a nivel de todas las provincias. Las misiones se realizan durante el año, y cada diócesis tiene su grupo encargado de coordinadores y animadores.
Durante el año realizan distintas actividades, pero la más fuerte se hace del 27 al 31 de diciembre, una gran formación con la cual se preparan para la misión a nivel nacional que se realiza del 1 al 11 de enero en las comunidades más lejanas.
Siempre están en busca de jóvenes nuevos, se les da seguimiento de cómo se evangeliza, cómo es la misión. También se les prepara física y espiritualmente, y juntos participan de un retiro anual durante los meses de agosto, septiembre o en octubre, dependiendo de lo que decidan los coordinadores, todo para prepararse a profundidad con los temas que se tocarán el año siguiente en la misión.
