Panameñas consagradas como Hermanas Terciarias Capuchinas

Panameñas consagradas como Hermanas Terciarias Capuchinas

Luego de realizar sus votos perpetuos y de compartir en familia, Gloria viajó a Guatemala y Beatriz a Costa Rica para continuar la misión.

 

Por Marianne Colmenárez

Todavía perdura en sus mentes y corazones el gozo de lo vivido durante ese momento sublime. El pasado domingo 9 de julio hicieron su profesión perpetua las jóvenes panameñas: Gloria Enith Denis Saavedra y Beatriz Ileana Quintero Pérez, en una emotiva ceremonia presidida por el arzobispo Metropolitano, monseñor José Domingo Ulloa en la parroquia San Pio de Pietrelcina, en la Siesta de Tocumen.

Gloria en Chepo y Beatriz en Torrijos Carter compartieron pocos días con sus familiares y amigos, antes de partir a las nuevas misiones en las que servirán como educadoras en la fe.

La hermana Gloria instalada en el departamento de Chiquimula en Guatemala, manifiesta sentirse plena, en paz y con una inmensa alegría que contagia a cualquiera.

Con 32 años de edad, la religiosa manifiesta que en sus oraciones pedía al Señor ser muy consciente de lo que viviría, que no fuera algo emocional.

 

  “La vida religiosa para mí es para siempre, no para un momento”, expresó.

 

A los 17 años, en una Pascua Juvenil, llamó su atención una religiosa viejita que se veía muy feliz. “Le dije a mi párroco, yo quiero ser tan feliz como ella, él me respondió: pregúntales cómo son y cómo viven”.

Al tiempo, el sacerdote Jhassir Pacheco, con quien comparte años de amistad, le presentó la congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas. “Me identifiqué con el carisma, la inclusión del que se siente abandonado me atrajo enormemente”, dijo.

Centradas en su nueva misión se despiden por un tiempo de Panamá.

Fruto de una feria vocacional

Por su parte la Hermana Beatriz, con 33 años de edad, inicia en el distrito Desamparados, en Costa Rica, la experiencia de dar clases de religión a estudiantes de bachillerato.

Comenta que su inquietud vocacional inició a los 22 años de edad. “En una Semana Santa me fui por primera vez a misionar con seminaristas de la Arquidiócesis de Panamá, de allí surgieron muchos amigos con quien compartí la fe”, expresó.

El Señor utilizó al padre Eric Quirós para que conociera a las Terciarias Capuchinas.

“Siendo seminarista me invitó a una Expo Vocacional en la que estaban las religiosas. A partir de allí viví profundas experiencias que me motivaron para iniciar el aspirantado”, destacó.

De la ceremonia de consagración quedó grabado en su mente el momento de postración. “Es un signo de entrega total, somos pequeñas y frágiles, pero el Señor con su fuerza y gracia nos levanta y posibilita”, afirmó.