En el «Parque Tejo» de Lisboa, el Santo Padre presidió la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud. Más de 1 millón y medio de peregrinos salieron motivados este sábado 5 de agosto a “caminar en esperanza, mirando nuestras raíces, sin miedo”.
Redacción
El hilo conductor de la breve intervención del Papa Francisco en la Vigilia de la JMJ en Lisboa, fue la alegría de la gratitud, en la que exhortó a la juventud reunida en el Campo de la Gracia, o el Parque Tejo, a que imiten a María, en tomar la iniciativa de amar, volar, correr y alegrarse en su salida al encuentro de quien necesita.
Una invitación a buscar las raíces de la alegría y a que no tengan miedo les hizo también al Papa; y recordado unas frases de los alpinistas, les dijo que no hay que temer caer, sino el permanecer caídos, por lo que hay que levantarse.
Dejando a un lado el texto del discurso preparado para la Vigilia, con la naturalidad que lo ha caracterizado, el Santo Padre subrayó que la única forma lícita para mirar a una persona de arriba abajo, es para ayudarlo a levantarse.
Con voz firme el Papa Francisco animó a la juventud a esforzarse, en el camino de la alegría como lo hizo María, para lograr alcanzar la meta. Preguntó a la muchedumbre de jóvenes si les gustaba el fútbol, tras indicarles que detrás de cada gol, hay todo un trabajo, un esfuerzo, por lo que deben hacer lo mismo.
En esta Vigilia, se calcula la participación de 1.5 millones de personas, en su gran mayoría jóvenes peregrinos, que pernoctarán en el Campo de la Gracia, para encontrarse nuevamente con el Papa Francisco, en la celebración de la Misa de Envío, donde al final se anunciará el país sede de la próxima JMJ.
