Pedro González es un joven común, en una sociedad que parece plagada de muchos males. Tiene 26 años, es oriundo de la provincia de Colón, reside en Pueblo Grande #2, Salamanca, donde vive con sus padres y tiene 5 hermanos —dos varones y tres mujeres—, pero sólo vive con tres de ellos. Actualmente trabaja como electricista. Hace dos años llegó a la Basílica Menor Don Bosco, donde recientemente fue elegido Coordinador del Grupo Movimiento Juvenil Salesiano.
Encuentro personal
Destaca Pedro que Dios en su vida es una parte fundamentalmente importante. “Es quien me guía, acompaña, en medio de cualquier dificultad que me toca vivir ”, señala .
Mientras mira un crucifijo dice,: “Jesús es la prueba del amor de Dios para con nosotros, y me ha enseñado siempre a ver al prójimo y a tratarlo como a mí mismo”, enfatizó.
Resalta González que esta experiencia de fe lo ha fortalecido como persona en el ámbito laboral, y en el grupo juvenil Don Bosco, donde ha aprendido más de Dios y a ser una mejor persona, cada día consigo mismo y con los demás .
Coordinador
Explica González que su meta inicial como coordinador es cuidar y trabajar para que todos los jóvenes miembros de este grupo vivan el encuentro personal con Cristo, y expresen su fe en el servicio a los demás.
Desde su primer encuentro con Dios, asegura que se ha motivado mucho a servir. Para él la meta de la vida no está en obtener logros o metas superficiales, sino en entregarse con fe y misericordia a lo que Dios nos tiene preparado.
Desafíos y Objetivos
Sus principales desafíos son lograr que los jóvenes busquen a Dios, vivan ese encuentro, y que trabajen por la juventud y la niñez, al tiempo que robustecen la integración agradecida en sus propias familias. Considera que le ha impactado mucho ver que la juventud se pierde en vicios y cosas que los alejan de Dios. Quizás esto es lo que ha sido una motivación para que se enfoque en el camino de Dios y, con su fortaleza, trabajar para que los jóvenes se involucren y sean testimonio para los demás.
Niños de San Miguel
Sus principales tareas ahora son mantener ese trabajo para lograr chicos interesados en ser parte de la experiencia y vivanese encuentro con Jesús y María, alejarlos de las malas influencias, y enfocarlos en ese camino de felicidad con Dios. Con n el grupo realizan apóstola- dos en la barraca La Magnolia en San Miguel donde atienden niños formándolos en la oración y llevándolos a misa con ellos interactúan con valores, motivándolos a seguir adelante con buen ejemplo.
En Casa López comparten con adultos el Santo Rosario entre otras actividades.