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Propósitos para el Año Nuevo

Propósitos para el Año Nuevo

Mauricio I. Pérez

Es costumbre al fenecer el año, revisar nuestra vida y plantearnos metas y propósitos para el Año Nuevo.

Acercarnos más a Dios. Es innegable que de esto se desprende todo lo demás. Es importante aumentar nuestro tiempo de oración y participar de manera más consciente en los sacramentos. También bendecir siempre nuestros alimentos sea quien sea nuestro comensal.

Confiar más en Dios. ¿Quieres escuchar a Dios? Abre tu empolvada Biblia y léela. Te garantizo que si lo haces con la frecuencia debida -es decir, diario- escucharas de Dios las palabras que necesitas.

Dejar de murmurar. Hagámonos el propósito de que al sentir la tentación de murmurar, cerrar la boca, ver a nuestro interior y en justicia decidir qué actitud debemos nosotros mismos cambiar, qué debemos dejar de hacer o que debemos comenzar a hacer.

Ser portadores de ayuda y generadores de cambio.  Hagámonos el firme propósito de que cada vez que algo nos parezca malo, pensemos cómo ayudar para corregirlo o cambiarlo y actuemos en consecuencia.

Dejar de ofendernos y pelear contra todos. Hagamos el firme propósito de evitar pleitos y riñas. Desarrollemos mejor la virtud de la mansedumbre.

Desarrollar la pulcritud. El desaliño no es virtud, es por el contrario, un vicio terrible. Nuestro cuerpo es un templo vivo del Espíritu Santo. Y ese templo debe siempre ser digno, tanto en su interior como en su exterior.

Ser más laboriosos.  Debemos trabajar para hacer del mundo que Dios nos ha regalado, uno mejor. Trabajar para crecer como personas, en talento y dignidad.

Ser limpios de corazón.  Comprometámonos a mantener una diversión sana, conversaciones en la línea del respeto y un humor blanco que siempre divierte sin ofender ni contrariar a nadie más.

Dar más tiempo a nuestra familia. Este año fijemos bien nuestras prioridades: Dios, familia y trabajo. En ese orden. El resto, Dios nos lo dará por añadidura.