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Religiosas que dejan huellas

Religiosas que dejan huellas

Las Hermanas Servidoras Diocesanas de María, es una congregación de religiosas que desde 1988 iniciaron un proyecto de vida consagrada, con la misión de trabajar en el fortalecimiento del Reino de Dios y la santificación de sus miembros. Fue fundada en el pontificado de San Juan Pablo II, en plena dictadura militar del general Manuel Antonio Noriega. La pequeña comunidad inició su labor pastoral en la comunidad de Buenos Aires, la que estaba bajo la acción pastoral de la parroquia San Buenaventura de Las Palmas, región coordinada por el padre Plinio Mojica. Las religiosas acudían cada quince días a la comunidad; posteriormente brindaban su servicio, de manera permanente por decisión pastoral del Obispo Emérito, Monseñor Oscar Mario Brown. Fue exactamente un 25 de abril de 2009, cuando en una celebración eucarística presidida por Monseñor Brown, en la capilla El Bajo de Chitra, iniciaron su labor misionera.

El padre Narciso Rodríguez, quien era su párroco y promotor de la misión; coordinó la construcción de la casa para las religiosas, con la ayuda de miembros de las comunidades parroquiales de Calobre. Su labor misionera la realizan en la comunidad de Chitra Centro y en las comunidades satélites como: El Copé, Media Luna, Loma Llana, Piedras Gordas, El Bajo, Loma Chata. Son un apoyo para las familias en la preparación y administración de los sacramentos de bautizo y matrimonio y en las honras fúnebres. Apoyan en La Yeguada, San José, El Guácimo, Panamaíto, Barnizal, El Potrero, El Cocuyo, El Puente, El Cocla, Las Guías, La Raya.