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Religiosos impactan la vida de personas que requieren amor y asistencia social

Religiosos impactan la vida de personas que requieren amor y asistencia social

La Pequeña Familia de María es una fraternidad fundada en Panamá hace aproximadamente treinta y seis años por el padre Vicente Morantes, quien es el Hermano Mayor tanto de Las Servidoras y Los Oblatos.

Esta es una congregación con un camino espiritual joven y original en el seguimiento de Cristo en estos tiempos, dando una respuesta en la renovación de la iglesia con nuevas llamadas a la santidad.

Las Servidoras, son coordinadas por la Hermana Martina de la Di- vina Misericordia, comparten la vida comunitaria y contemplativa, y pertenecen a la rama masculina o femenina.

Los Oblatos son coordinados por la Hermana María Teresa Rodríguez, y son quienes viven en el mundo. Asumen el compromiso de seguir fielmente los Consejos Evangélicos según su propio estado de vida, y caminan hacia su santificación junto con los servidores.

Destaca la Hermana Martina de la Divina Misericordia que su apostolado primario es la vida contemplativa activa: permaneciendo unidos a Jesús a través de la oración litúrgica y la adoración Eucarística. Se dejan transformar por Él, en hostias vivas que se ofrecen por amor a la voluntad del Padre. La Pequeña Familia de María realiza su apostolado según la necesidad de la Iglesia local.

Las tres columnas fundamentales que rigen el Ser y el Hacer de la Pequeña Familia de María son la Contemplación, la Misericordia y la Misión.

Todos los apostolados que realizan tienen como finalidad la vida espiritual. Llevar a niños, jóvenes, adultos y ancianos a un encuentro profundo y personal con el Señor.

Como respuesta a la invitación de su Santidad el Papa San Juan Pablo II, la fraternidad establecida en la Diócesis de Colón – Kuna Yala, asumió, en nombre del Obispo en ese entonces, Monseñor Carlos María Ariz, el apostolado del “Albergue de María”, casa para las personas con VIH-SIDA.

Desde el 11 de febrero de 2000, en el “Albergue de María” ubicado en la ciudad de Colón, prestan los servicios humanitarios y gratuitos a todas las comunidades de la provincia y la comarca, atendiendo a personas portadoras del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y a los pacientes de SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) niños/as, jóvenes y adultos, internos y externos, sin recursos económicos, abandonados y rechazados, asistiéndoles moral, espiritual y materialmente.

Albergue de María

Su principal propósito es mostrar el amor y la compasión de Cristo y de su Iglesia para con estos hermanos, a ejemplo del Buen Samaritano y asistirle como a Cristo mismo. Con esto se les ayuda a superar la barrera de la enfermedad y de la culpa moral, permaneciendo cerca y ofreciéndoles toda clase de alivio moral y espiritual.

Esto se logra a través de los programas de Atención Integral, Evangelización y asistencia espiritual en el albergue y en la casa de retiro de Domus Mariae. Reparto de Adultos a la Casa Corazón Eucarístico de Jesús y de Niños y Niñas a la Casa San José.

También brindan capacitaciones a las personas con VIH-SIDA y sus familiares, y crean conciencia a través de las prácticas profesionales universitarias, lo mismo que mediante charlas de prevención a grupos parroquiales, grupos cívicos, gubernamentales, colegios y otras denominaciones religiosas.

Sus campañas de prevención en la lucha contra el VIH-SIDA se basan en los valores: abstinencia y fidelidad como lo único 100% seguro para detener la expansión de esta enfermedad.