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“Romper las cadenas del odio y la violencia con testimonios de paz y amor”

“Romper las cadenas del odio y la violencia con testimonios de paz y amor”

Este fue parte del mensaje que recibieron los jóvenes panameños que participaron del XXI Encuentro Latinoamericano de Pastoral Juvenil que se realizó en Paraguay.

 

Por Karla Díaz

Una semana llena de experiencias, visitas, reflexiones e intercambio de ideas y realidades fue lo que se vivió en el XXI Encuentro Latinoamericano de Pastoral Juvenil que se realizó en Asunción, Paraguay, y que contó con la participación de 2 representantes panameños.

Angenay Lizondro, Coordinadora de Pastoral Juvenil de la diócesis de David, y Nathaniel Nurse, Coordinador de Pastoral Juvenil de la diócesis de Penonomé, fueron los jóvenes que llevaron hasta el hermano país de Paraguay, las realidades que vivimos en Panamá.

Ellos fueron invitados por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) para tratar y discutir temas que atañen a las realidades vividas en cada uno de los países de Latinoamérica, así como para plantear nuevos lineamientos de cómo trabajar las pastorales juveniles en las distintas comunidades, diócesis y países.

Se llevaron a cabo trabajos en grupos.

“En este encuentro se tendieron redes, se fraternizó mucho y nos nutrimos  de la experiencia de cada uno en sus respectivos países. Fue una experiencia muy gratificante. Este tipo de instancias y encuentros que se hacen a nivel regional nos hacen palpar la realidad de nuestra iglesia, nos hace descubrir que hay otros hermanos también trabajando y eso es muy importante para nosotros”, dijo  Nathaniel Nurse, Coordinador de Penonomé.

El joven agregó, además, que creer y crear espacios para los jóvenes es necesario para nuestra iglesia, es importante y se debe valorar, ya que estos espacios fortalecen el trabajo pastoral que se realiza aquí en Panamá.

 “Del encuentro he traído ideas, lineamientos, ejes transversales a través de los cuales vamos a trabajar, así como redes de cooperación para crear equipos y fortalecer nuestras pastorales”, señaló.

Este año, en el encuentro, hubo una connotación diferente, ya que se quiso implementar el trabajo sinodal que se realiza en Roma y toda esa metodología que los obispos utilizan, la  de la conversación en el espíritu.

 

Fueron invitados por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño CELAM.

 

Palpamos la realidad juvenil

Angenay Lizondro, de la diócesis de Penonomé, destacó que durante esta semana crecieron en formación y en espíritu, ya que reflexionaron sobre la temática especial que vive cada país. También recibieron orientaciones sobre cómo trabajar las pastorales juveniles en cada país

“Definimos acciones que van a favorecer la conversión personal y comunitaria de todos. Mi experiencia personal fue especial, ya que ser una pequeña representación de nuestro país ha sido hermoso, me ha marcado el poder compartir con jóvenes de diferentes países y estar abiertos a conocer las realidades de cada uno.  También vivir el compartir de las culturas, los diferentes puntos de vista y cómo aprender a sobrellevarlos ha sido genial”, dijo la joven chiricana.

“En la misa de clausura, Monseñor Ricardo Valenzuela, Obispo de la diócesis de Caacupé, destacó la importancia de la presencia y acción de los jóvenes frente a las violencias, los vacíos existenciales, los egoísmos del mundo actual. Ante estas realidades tangibles, los jóvenes presentan los valores del amor, la justicia, su compromiso con el bien, sostenidos en su fe en Cristo, el gran inspirador”, concluyó.