La experiencia de convertirnos en Familia de Acogida para la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, durará para toda la vida. Por eso la insistencia en que nos convirtamos en esos seres que brindemos hospedaje y compañía a los peregrinos que llegarán de todas partes del mundo.
Los testimonios de jóvenes panameños que han sido peregrinos y que en algún momento han disfrutado de la acogida de estas familias, son muchos. Hoy queremos mostrarle el sentir de algunos padres de familia que vieron partir a sus hijos hacia fronteras desconocidas, y que luego de la hermosa experiencia, recomiendan ser familias de acogida para otros.
La Señora Hilda Morán recuerda como si fuera ayer cuando llegó el día en la cual los jóvenes del Colegio Pureza de María de Panamá llegaron a Wroclaw una ciudad de Polonia donde participarían de la pre jornada de la Jornada de la Juventud del 21 al 25 de julio.
Al llegar a esa hermosa ciudad ya estaban asignados en parejas del mismo sexo a las familias que habían abierto sus hogares para atender a nuestros hijos. Gracias a la tecnología pudimos conocer al instante a las familias polacas.
Las familias de acogida les abrieron las puertas de sus hogares a sus hijos ofreciéndoles sus desayunos cada mañana, y los transportaban al punto de encuentro acordado para que pudieran participar de las actividades que la Diócesis de Wroclaw tenía programada para los peregrinos. Una vez terminado las actividades los recogían para llevarlos a sus hogares y darles la cena y el calor de familia
“El idioma no fue una barrera para comunicarse entre las familias de acogidas y los peregrinos o se comunicaban en inglés, con señas o con el corazón, porque nuestros peregrinos no hablan polaco”, señaló.
Agregó que de hecho no tuvieron inconvenientes para recibir sus alimentos, transporte, cama y sobre todo el calor de hogar que ellos les dieron. “Fueron 5 días maravillosos que vivieron los 28 peregrinos del Colegio Pureza de María que perdurarán en sus mentes y en sus corazones”, destacó.
En la pre jornada participaron de catequesis, obras de misericordia, festivales culturales, vía crucis por la ciudad, paso por la puerta de misericordia en la Catedral, misa en idioma español, encuentro con el arzobispo de Wroclaw, rezo del ángelus, deportes, presentaciones folclóricas en las parroquias, paseos por la ciudad y mucho más.
Una gran experiencia
Ser familia de acogida es una parte importante de esta gran bendición para nuestro país porque al abrir las puertas de nuestros hogares a los miles de jóvenes del mundo, les permitiremos vivir esa maravillosa experiencia que el papa Juan Pablo II les legó a los jóvenes para que vivieran el evangelio.
Y no solo es una bendición para los jóvenes peregrinos sino también para cada uno de los hogares panameños porque compartiremos y viviremos nuestra fe y cultivaremos amistades que perdurarán para toda la vida.
La acogida en Cracovia en la jornada mundial de la Juventud no fue igual, pero no dejó de ser interesante para la formación de nuestros hijos. Un gimnasio fue su albergue; el espacio para dormir era su colchón y al lado su mochila. Su tiempo de baño mínimo y la logística del transporte no fue igual.
Tomar el tren lleno y caminar largas distancias fue la tónica pero no el impedimento para participar de cada una de las actividades programadas. Los papás acá en Panamá vivíamos pegados al televisor.
Ver cada foto y video de la experiencia de nuestras hijas y sus compañeros peregrinos nos llena de regocijo y de emoción. Vivir cada momento que nos comparten como experiencia de vida nos hace sentirnos comprometidos en darles la oportunidad a los jóvenes del mundo a vivir esa maravillosa experiencia, porque ser familia de acogida es una bendición… ¡abramos nuestros hogares con el corazón!