Si el pueblo de Dios no es constitutivo de un organismo que toma decisiones para la Iglesia como un todo, tampoco este cuerpo es sinodal.
Por Redacción
La clave para trabajar en sinodalidad en las comunidades parroquiales, consiste en descubrir entre el pueblo de Dios, esas sinergias de ministerios, carismas, dones y servicios.
Así de categórico fue el teólogo y docente venezolano, Rafael Luciani, asesor de la Comisión Teológica del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad, en la Santa Sede, en varios encuentros con el clero Arquidiocesano, religiosas, seminaristas, y laicos comprometidos para profundizar sobre el Instrumento Laboris y cómo fortalecer más las estructuras de ese camino sinodal en cada una de las comunidades parroquiales, que integran esta Iglesia católica en Panamá.
Grandes desafíos
Durante estos encuentros habló sobre la experiencia eclesial de la Iglesia latinoamericana, los desafíos y temores de este proceso sinodal que la Iglesia realiza.
“El gran desafío de este proceso sinodal es un cambio de cultura eclesial que debe pasar del yo al nosotros, a esa visión comunitaria y por otra parte, lo que eso significa en la vida cotidiana, una cultura nueva del consenso, no una cultura donde unos deciden y el resto ejecutan pastoralmente algo, sino una cultura del consenso donde todos estén involucrados como Iglesia pueblo de Dios”, dijo el profesor Rafael Luciani.
Insistió en la necesidad de una Iglesia toda sinodal que exige un modelo nuevo de dinámicas comunicativas como la escucha recíproca, que seguro dará vida a las estructuras, cómo: los consejos parroquiales, los consejos diocesanos pastorales, las curias, cualquier instancia de la Iglesia donde se vaya haciendo poco a poco la vida eclesial y su misión.
“Si el pueblo de Dios no participa en la toma de decisiones, no hay sinodalidad. Y si el pueblo de Dios no es constitutivo de un organismo que toma decisiones para la Iglesia como un todo, tampoco este cuerpo es sinodal”, advirtió.
Con los obispos
En su encuentro con los obispos, el doctor Luciani se preocupó por transmitirles esa renovación sinodal tan necesaria en la Iglesia, y que la consulta sea la nueva forma de trabajar entre todos, con los sacerdotes, con el pueblo de Dios.
Les habló de la importancia de facilitar mecanismos de escucha atenta, pues escuchando y dialogando se establecen relaciones vinculantes que construyen iglesia a partir del discernimiento.
Puso énfasis en que no se trata de sondear opinión o hacer encuestas. Se trata de abrirse a una relación vinculante al escuchar a la otra persona y a la sociedad a partir de los signos de los tiempos.
Reiteró que en este proceso de reformas eclesiales en clave sinodal, el laico debe ser considerado como sujeto de la acción eclesial y no puede ser oyente pasivo o mero recipiente de las decisiones clericales.
“Hay estructuras que podemos rescatar para avanzar en esta práctica de inclusión de laicado, como son los consejos diocesanos pastorales pedidos por el Vaticano II”, recordó.
El aporte de McGrath
Rafael Luciani llega en momentos que la Iglesia panameña celebra el centenario de Monseñor Marcos Gregorio McGrath, a quien admira y pondera como pastor de la Iglesia latinoamericana.
“La Iglesia está en la obligación de resaltar al mundo, el papel fundamental y las huellas insoldables que este profeta extraordinario dejó no solo a la Iglesia panameña, sino a nivel de la Iglesia Universal”, dijo Luciani.
“Monseñor McGrath ayudó a transformar las estructuras eclesiásticas, como promotor de la justicia y los cambios sociales que desarrolló desde el Concilio Vaticano II junto al Papa Juan XXIII y sus obras pastorales con San Juan Pablo II.
Al finalizar su estadía en Panamá, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, agradeció al teólogo Rafael Luciani su valiosa participación en estos encuentros e hizo entrega del libro que recoge el caminar los 50 años del P. Patricio Hannsen, junto a los laicos de la comunidad parroquial Santa Cruz, en Chilibre.