La Fase de Solidaridad va de la mano con la Fase de Evangelización. Cada parroquia tendrá sus asambleas vecinales o grupales, para compartir la Palabra de Dios y reflexionar sobre el primer tema sugerido: “sinceridad en el diálogo con los niños y las niñas”.
Por Redacción
Este año 2023, bajo el lema “Seamos puentes de diálogo y testigos de la Buena Nueva”, descubriremos con gozo el valor de la comunión a través del diálogo, pues es un valor fundamental para la convivencia. De manera muy particular, tenemos que fomentarlo con los niños y niñas, escuchar realmente su voz en su sentir, en comprender lo que piensan, sus ideas del mundo que están aprendiendo a conocer, acompañarlos en sus etapas de desarrollo; explicándoles los peligros que socialmente estamos viviendo.
La Palabra nos ilumina – Mateo 13, 1-9
Ese día, Jesús salió de casa y fue a sentarse a orillas del lago. Pero la gente vino a él en tal cantidad, que subió a una barca y se sentó en ella, mientras toda la gente se quedó en la orilla. Jesús les habló de muchas cosas, usando comparaciones o parábolas. Les decía: “El sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, unos granos cayeron a lo largo del camino: vinieron las aves y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, con muy poca tierra, y brotaron en seguida, pues no había profundidad. Pero apenas salió el sol, los quemó y, por falta de raíces, se secaron. Otros cayeron en medio de cardos: éstos crecieron y los ahogaron. Otros granos, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron cosecha, unos el ciento, otros el sesenta y otros el treinta por uno. El que tenga oídos que escuche.
La Palabra nos hace reflexionar
Según la parábola del sembrador, cuando se siembra la semilla, esta puede caer en 4 tipos de ambientes: 1-A lo largo del camino. 2-Terreno pedregoso, con muy poca tierra. 3-En medio de cardos o espinos y 4-En buena tierra.
Veamos que representa cada uno de estos ambientes:
A lo largo del camino: son las personas que escuchan, pero no hallan lugar en su corazón; se queda en la superficie, no la logran entender.
Terreno pedregoso, con muy poca tierra: son las personas que oyen la Palabra y la reciben con gozo; pero tan pronto vienen los problemas o las tentaciones abandonan el Evangelio.
En medio de cardos o espinas: crecieron con la semilla y la ahogaron. Los cardos y espinos son las preocupaciones del mundo, el engaño de las riquezas, los placeres de la vida…. Son las personas que tampoco dan frutos, se vuelven estériles.
En buena tierra: son las personas que retienen la Palabra de Dios, obedece, espera siempre en Dos, hacer morir al hombre viejo. Persevera. Oye-Entiende-Cree-Retiene=Da muchos frutos.
La Palabra nos hace dialogar
El Señor nos pide dialogar sinceramente con los niños. Cuando conversas con un niño ¿dejas lo que estás haciendo y prestas atención a lo que te dice? ¿Le escuchamos?
Como padre o madre, ¿lanzas estas expresiones cuando “conversas con tu hijo o hija? “Porque yo lo digo y es así”, “no preguntes tonterías” …. ¿Empleas de manera errónea el poder que se nos da ser padres, que terminas imponiendo en lugar de dialogar? Reflexionemos. Al dialogar con tu hijo o hija, u otros niños ¿Qué es lo que haces bien? ¿Qué puedes mejorar? Responder con sinceridad.
La Palabra nos hace actuar (compromisos)
Como padres y madres somos también sembradores, nos comprometernos a dedicarles tiempo a nuestros hijos e hijas para establecer el hábito de conversar y la confianza para hacerlo sobre cualquier tema; no importa la edad. Mostrar interés por las cosas que a ellos les gusta (como esos dibujos que jamás he visto antes, sobre sus amigos…etc.). Escucharlos con atención cuando nos hablan. Evitemos el celular. Comer con ellos y apagar la televisión. La hora de la comida es un momento oportuno para inculcar el hábito del diálogo.