Hasta hoy, cuando los pueblos indígenas rechazan proyectos como la minería a cielo abierto, su autenticidad como ciudadanos es cuestionada por las autoridades y a veces por la sociedad en general.
Yoel E. González N.
En el marco de la conmemoración de los 200 años de independencia de América Central, se llevó a cabo el Primer Congreso Centroamericano de Líderes Católicos que organizó la Red de Universidades Católicas de América Central (RUCAC). Por Panamá participaron como expositores: padre José Fitzgerald, padre Efraín De León, Dra. Marcela Paredes, Víctor Chang y Dra. Bárbara Barrios.
Bajo el lema “Reflexionar con profundidad sobre el pasado, vivir con pasión el presente y construir con esperanza el futuro”, el congreso se llevó a cabo del 7 al 9 de septiembre de manera virtual, a través de la plataforma de Zoom y transmitido por el canal de YouTube UNICAH TV.
En el contexto de la conmemoración de los 200 años de independencia de América Central surgen varias interrogantes, que el padre José Fitzgerald planteó en las mesas de trabajo sobre los pueblos originarios: ¿qué significó para los pueblos indígenas el momento de la independencia de América Central? A lo largo de estos 200 años, ¿han vivido plenamente los derechos ciudadanos en los respectivos países?
Una breve reflexión
El padre José Fitzgerald recordó que durante la formación de los nuevos Estados-naciones en América Central, los pueblos indígenas no fueron tomados en cuenta, estuvieron encubiertos, olvidados o incluso vistos como “obstáculos”. “Fueron identidades únicas de nacionalidad, basadas en los modelos europeos”, dijo.
Los pueblos indígenas no han sido parte de los procesos socioculturales y sociopolíticos.
Reclamó que desde la fundación de las naciones, los pueblos indígenas no han sido parte de los procesos socioculturales y sociopolíticos, más aún, no encontraron espacios para aportar a la sociedad desde sus valores y sueños particulares. “Han sido poblaciones ignoradas, asimiladas y, en peores casos, masacradas; y con pocas excepciones, los pueblos indígenas pasaron de la subyugación bajo la colonia española a la subyugación bajo los nuevos Estados-naciones”, increpó.
Para el sacerdote, la raíz del problema se encuentra en el hecho de que los países de América Central no fueron fundados bajo el concepto de la diversidad de pueblos o naciones en sus territorios, sino con base en el modelo europeo con respecto a intereses de los colonialistas.
“Un deficiente concepto de la unidad nacional ha forzado procesos de asimilación forzada de los pueblos indígenas, borrando sus identidades particulares y, en consecuencia, la gran sabiduría y prácticas que tienen mucho para ofrecer al mundo actual”, indicó.
Citó al Papa Francisco en Querida Amazonía, en el que advierte que la colonización no ha terminado; “en muchos lugares se transforma, se disfraza y se disimula, pero no pierde la prepotencia contra la vida de los pobres y la fragilidad del ambiente”.
Frente a esa realidad, el Papa exige “un especial cuidado para no dejarnos atrapar por colonialismos ideológicos disfrazados de progreso, que poco a poco ingresan dilapidando identidades culturales y estableciendo un pensamiento uniforme, único… y débil”, (Puerto Maldonado 2018).
¿Son panameños de verdad? ¿Realmente son guatemaltecos? Preguntó para seguidamente comentar que parte de ese pensamiento equivocado viene por confundir la unidad con la uniformidad, y por considerar que los pueblos indígenas deben pensar, actuar y vivir como los demás ciudadanos del país, promoviendo una uniformidad que manifiesta el miedo al “otro diferente”.
“Entretejer un futuro esperanzador”
Durante su exposición, el padre José Fitzgerald recordó el saludo del Papa Francisco en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá a los pueblos indígenas del país, “que tanto tienen que decir y recordar desde su cultura y visión del mundo”.
Resaltó una visión pluricultural panameña, al decir que “ser tierra de convocatorias supone celebrar, reconocer y escuchar lo específico de cada uno de estos pueblos y de todos los hombres y mujeres que conforman el rostro panameño y animarse a entretejer un futuro esperanzador”.
¿Será posible reconstruir las naciones y la Iglesia de América Central a partir de esa visión de la pluralidad de culturas, modos de vida y valores, donde la interculturalidad se convierte en un nuevo modelo de relacionarnos; donde ningún joven se siente avergonzado por hablar su lengua nativa, vestirse con identidad o vivir sus valores ancestrales; donde ser “diferente” no provoca disciminación, racismo y odio, sino interés, aprendizaje y fraternidad?
Podemos reconocer un pasado lleno de tristezas y un presente repleto de desafíos, pero, gracias a Dios, podemos ver un futuro impregnado de esperanza y posibilidades si somos capaces, como sociedades e Iglesia, de aceptar que “la propia identidad cultural se arraiga y se enriquece en el diálogo con los diferentes”, (Querida Amazonía, 37).
Espacio de diálogo y reflexión
Redacción
El Primer Congreso Centroamericano de Líderes Católicos fue un espacio de diálogo y reflexión sobre el recorrido histórico de la región y sobre las perspectivas presentes y futuras. Inició con una eucaristía presidida por el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, Gran Canciller de la Universidad Católica de Honduras.
En su homilía, el Cardenal Rodríguez Maradiaga destacó que la fe ilumina estos encuentros, “que no son simplemente parlamento, sino eventos iluminados por la Santa Palabra del Señor”.
En su intervención, el Dr. Fernando Sánchez, presidente de la Red de Universidades Católicas de América Central (RUCAC) dio a conocer la historia y los objetivos de esta red, la cual tiene un gran impacto en la región con las 5 universidades que la conforman, 25 sedes universitarias, los más de 33 mil estudiantes, 1,836 docentes, 112 programas de pregrado y 65 programas de postgrado.
El Congreso fue organizado por la Red de Universidades Católicas de América Central (RUCAC), de la que forma parte la USMA, y que funciona como la instancia académica del Secretariado Episcopal de América Central.
El padre Miguel Ángel Keller, decano de la Facultad de Humanidades y Teología de la USMA, cerró el primer día del congreso regional con una reflexión y oración. En el segundo día, la primera exposición estuvo a cargo de la Dra. Marcela Paredes de Vásquez, exministra de Educación de Panamá, quien indicó que Latinoamérica enfrenta grandes retos, incluyendo pobreza y desigualdad.
En el segundo y tercer día del congreso, la Dra. Bárbara Barrios, directora de Relaciones Internacionales de la USMA, tuvo a su cargo la resonancia, comentarios y reflexiones en torno a dos conferencias, una de ellas Víctor Chang expuso que el liderazgo es servicio y es un reto vivirlo.