Sostenibilidad de la Iglesia y la corresponsabilidad de los laicos

Sostenibilidad de la Iglesia y la  corresponsabilidad de los laicos

En medio de la pandemia, Los laicos estamos muy concentrados en nuestras familias, y nos olvidamos que la iglesia sufre las mismas necesidades y estreses.

“No hay dinero” (…) “No tenemos con qué”. Esas dos frases son comunes hoy, sacudidos todos por la pandemia causada por el nuevo coronavirus, que ha dejado a muchos sin empleo, y mantiene las tiendas, fábricas y sembradíos sin gente, sin clientes, sin movimiento. Se escucha en casa, en la empresa, en la calle…, y en la Iglesia. 

Pero cuando se trata de las arcas eclesiales, la realidad es más estremecedora, pues en el centro de la escena hay un sinnúmero de personas sin techo, sin alimento, con discapacidades y enfermedades de todo tipo y, algunos, aquejados por virus, drogodependencia y sin familia.

¿Cómo está haciendo la Iglesia para sufragar tantos gastos que tiene en los asilos, hogares y programas de pastoral? 

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, responde: “Dependemos de la Providencia, pero confiamos que los laicos se identifiquen y se sientan parte de esta familia y aporten lo necesario”.

Las cosas claras

El Arzobispo enfatiza que Jesús nunca vio como algo negativo el tener bienes, “lo que hizo fue ponerlos en su justo lugar”. Y añadió: “Para la Iglesia, los bienes materiales siempre están en función de los servicios a los demás”.

“Los bienes en la Iglesia no sirven para sostener una estructura administrativa; la finalidad es llegar a los más pobres, y a quienes más necesitan”, señaló Monseñor.

El arzobispo agregó: “La jerarquía tiene la responsabilidad de asegurar que los bienes sean debidamente administrados, y para eso el Código Canónico nos da las herramientas debidas, como son los Consejos Económicos que deben funcionar en cada parroquia”.

pandemia. La emergencia sanitaria mundial tiene las arcas de la Iglesia en crisis, por lo que los laicos son llamas a ser corresponsables para que las obras no se detengan.

Responsabilidad y vigilancia

“La responsabilidad de sostener los asilos, comedores y albergues es de todos los bautizados, y cuando digo ‘los bautizados’ me estoy refiriendo a todos los bautizados”, subrayó el arzobispo.

Para que el engranaje señalado por monseñor Ulloa Mendieta funcione sin estancarse, hay un factor primordial: “que todos nos sintamos parte, que nos identifiquemos con la misión de la Iglesia, y aportemos para hacerla posible”.

Monseñor aprovechó para hacer un paréntesis importante: “Jamás de los jamases, debemos hacer una donación a título personal –eso es caer en una trampa–; si queremos apoyar una obra, hagamos nuestros aportes a la Iglesia como institución”.

Y aclaró: “La donación –si lo que queremos es ayudar a una misión en particular– debe hacerse a la Iglesia Arquidiocesana, a la parroquia o una obra específica; nunca a un cura o persona natural”.

 De acuerdo con el Arzobispo, “otra cosa es cuando quieres apoyar a un sacerdote particular; entonces sí le entregamos el dinero a él. Eso es distinto”.

Hoy salen obras que son muy buenas, pero que no son respaldadas por la Iglesia institucional, y es mejor estar prevenidos para no ser sorprendidos en la buena fe, señaló Monseñor.

proveer. La Arquidiócesis funciona cada año con un aproximado de 2.5 millones de balboas, que hoy hacen falta para servir.

Los Consejos Económicos

Para que los presbíteros y obispos se dediquen a la tarea para la que están llamados, es decir, la cura de almas, lo ideal es contar con un consejo económico que ayude en la administración y custodia de los bienes. 

En el Arzobispado de Panamá existe tal consejo, y está formado por laicos que asesoran y ayudan tanto en la consecución de recursos, como en su administración.

El ecónomo es el sacerdote diocesano Severo Samaniego, quien además de presbítero es administrador de empresa y señala: “cuando Monseñor Ulloa me llamó para que lo ayudara, me advirtió que hay cargos que son una carga, y entendí que se me estaba pidiendo que, además de cumplir mi misión como párroco, también debía ayudar con la economía de la curia”.

“Zapatero a tus zapatos”, dice Monseñor Ulloa, y por eso invita a todos los párrocos a que se hagan ayudar por laicos especialistas en la materia, y así dar el mejor uso posible a los dineros que ingresen a las parroquias. 

En un Consejo hacen falta un ecónomo, un administrador o administradora, y alguien que vea la tesorería. En esta estructura se deposita una gran confianza, con la esperanza de que los dineros se usen para lo que debe ser.

“El Consejo Económico debe ayudar al sacerdote en lo administrativo, porque es una realidad que los curas no son especialistas, y muchos cojeamos en esa materia”, dijo el padre Severo, quien sugiere a los laicos que están dando esta ayuda que se dejen guiar, pero sean estrictos y le impriman transparencia a la tarea.

En la Iglesia se hace realidad esa definición de la palabra economía, que es “administración de la escasez”, dice padre Severo, quien añade que se intenta “maximizar lo poco que tenemos” en estos tiempos de pandemia.

Pertenencia

Sergio Palacio es uno de los integrantes del Consejo Económico del Arzobispado e insiste en que, así como la Curia trata de ser solidaria con las parroquias, movimientos y diferentes obras de la Iglesia, también debe existir un espíritu de cuerpo para que todos nos ayudemos entre nosotros.

“Somos una familia, y se supone que el hermano que tiene un poco más, ayuda al que no lo tiene”, subrayó Palacio.

Judith Núñez es contadora pública autorizada, y da su apoyo en la parroquia María Auxiliadora en Pueblo Nuevo. 

“En la parroquia tenemos gastos fijos mensuales, y tratamos de hacer actividades que nos ayuden a cubrirlos”, enfatizó Núñez, quien advierte que ahora con la pandemia se está haciendo más difícil lograrlo.

Núñez explica: “Ahora más que nunca se dan estos casos de fuerza mayor, y el sacerdote enseguida nos consulta y trata el tema con todos los que puede, y gracias a la tecnología podemos dar transparencia y ayudar a los más necesitados mucho más rápido”.

El nuevo coronavirus parece haber llegado para quedarse, y la Iglesia, a todo nivel, está afectada, igual que el resto de las familias. El llamado es a ayudarnos unos a otros, para que la situación no maltrate al más pequeño.

GUIA DE LECTURA

• Este tema tiene mayor amplitud en la web de Panorama Católico: www.panoramacatolico.com donde hay videos y mayores datos.

• Quienes quieran apoyar al Arzobispado para que continúe en su labor pastoral y de misericordia, pueden hacerlo a través de la Cuenta Corriente de Banco General 03-01-01-001583-1. Nombre de la cuenta: Iglesia Católica Arquidiócesis de Panamá.

• Sí, además, quiere sumarse al trabajo pastoral, acérquese a su parroquia y donde su tiempo y sus talentos al servicio de los más necesitados en el país.

OPINIONES

SERGIO PALACIOS

Asesor económico

Es una realidad que nosotros los laicos no aportamos todo lo que pudiéramos aportar a nuestra Iglesia. Es algo a lo que siento que estamos obligados.

judith núñez

Contadora parroquial

Dos contadores y una economista administramos los recursos de la parroquia María Auxiliadora de Pueblo Nuevo. Cada mes le damos un informe a la comunidad.

pADRE s. samaniego

Ecónomo

Es importante que los Consejos Económicos parroquiales sean transparentes. Que ayuden al sacerdote sin consentirlo. Se trata de trabajar en equipo.