Las barriadas de Villa Nomé y la comunidad de Miraflores, tuvieron la oportunidad de vivir la experiencia del Vía Crucis, organizado por la parroquia San Martín de Porres. Por lo general, esta jornada de reflexión se realizaba a lo largo de la calle con una cruz de madera; sin embargo, este año, para crear más cercanía con los residentes, se decidió colocar una estación en cada una de las casas de las barriadas, sin importar el número de casas que hay en las mismas.
Es decir, que al finalizar la estación 14 del Vía Crucis, pasaban a la siguiente casa e iniciaban nuevamente con la primera estación. La iniciativa que fue movida por los continuos llamados del Papa Francisco a salir de las parroquias a hablar de Jesús, y estuvo acompañada por su párroco, Saúl Gaona.
Luis De León, del grupo Jóvenes de Cristo fue el encargado de organizar las diversas pastorales juveniles, se encargó de promover la participación de otros grupos. A esta actividad se sumaron los jóvenes del grupo Siervos de Luz, con su coordinador Cristopher Rodríguez.
Previamente a este Vía Crucis, los muchachos acudieron a las comunidades para motivar la participación de las familias. En cada una de estas barriadas conversaron sobre la importancia de recordar y vivir en comunidad ese camino doloroso que le tocó asumir a Cristo Jesús, para nuestra salvación. Las familias que participaron recibieron de mano de María Fernanda Ortega y Merelis González el estándarte con una imagen de cada estación. Ya en cada hogar se organizaban para la preparación de sus altares con crucifijos o cruces construidas con ramas de árbol seco.
Al llegar la cruz al hogar, un miembro de la casa hacía la lectura meditada de la estación y oraciones.