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Una Caravana que brinda alimento y esperanza a los desamparados

Una Caravana que brinda alimento y esperanza a los desamparados

Con un gesto tan simple como un abrazo o unas palabras llenas de amor, buscan hacer sentir a cada persona en situación de calle como un hijo amado de Dios.

 

Por Marianne Colmenárez

Durante los últimos cuatro años, el Movimiento Tengo Sed ha mantenido una labor continua y comprometida. Con alegría y un profundo sentido de responsabilidad, se congregan cada fin de semana para preparar 200 almuerzos destinados a personas en situación de calle, tanto en Cabo Verde, 5 de Mayo, Parque Porras y otras zonas vulnerables de la ciudad.

El Hogar San José de las Misioneras de la Caridad Madre Teresa de Calcuta es el punto de encuentro de un grupo de jóvenes y adultos que se unen para prepararse como cristianos con los preceptos dejados por Cristo, de fe, amor y caridad.

Discípulos de Jesús.

“Cuando vamos a la calle a cumplir con la misión nos topamos con una variedad de realidades. Encontramos personas con graves problemas de salud que requieren que llevemos el plato de comida directamente a su lado debido a su limitada movilidad. También nos acercamos a hermanos con problemas de adicción, quienes muestran una profunda gratitud, reconociendo que ese podría ser su único alimento del día, afirmó Elia González Jiménez.

Ella, junto a  su esposo Román, colaboran desde hace un año en este apostolado. Destacaron que esta caravana de ayuda también tiende la mano a los migrantes que duermen en parques o debajo de puentes, quienes del mismo modo, reciben con agradecimiento la Palabra de nuestro Señor Jesús.

El Movimiento Tengo Sed utiliza su recorrido para identificar personalmente a aquellos que enfrentan situaciones de enfermedades crónicas o críticas. Posteriormente, brindan apoyo con medicamentos, ropa, pañales desechables y otros artículos que puedan necesitar.

 

Una rutina de amor y fe

La labor comienza los sábados en la tarde, con la preparación de algunos de los ingredientes, por lo general las carnes, las cuales hay que limpiar, picar y sazonar.

 El día domingo, la rutina arranca a las seis de la mañana, con la consagración del apostolado dominical a Jesucristo y su madre la Virgen María.

Gestos de amor, cada empaque con un mensaje.

Casi siempre colocan 3 pailas de arroz, preparan también menestras y ensalada.

“Mientras se cocinan las carnes, los jóvenes rotulan los platos a utilizar con mensajes de esperanza y amor, dirigidos a los hermanos en situación de calle”, explicó Román.

Cada uno de los que asisten se ocupa de algo, mientras alguno pica o empaca, el otro lava las pailas.

El joven Eddy González destacó que a las 10:00 a.m. hacen una pausa para participar de la eucaristía dominical, la cual se realiza en la capilla del hogar.

 “Sin Jesús no podemos hacer nada. Sin Él, esta obra no tendría sentido”, expresó con mucha seguridad.

Para Eddy, este apostolado ha marcado su vida definitivamente. “Nosotros vemos cada domingo una realidad que el mundo quiere ignorar hoy en día, compartimos y sentimos la necesidad del hermano que vive descartado en la calle. De alguna manera, tratamos de que sientan ese amor que les tiene Dios Padre; la idea es compartirles una voz de aliento y esperanza”, reiteró.

 

Cada uno aporta su talento para lograr un objetivo común: aliviar el hambre de los más necesitados.

 

¿Quiénes colaboran?

Marielena Famanía, coordinadora del Movimiento Tengo Sed, señaló que varios hermanos que asisten a la eucaristía dominical en la capilla del Hogar San José contribuyen con donaciones. Al presenciar el impacto y la dedicación de nuestro trabajo, se sienten inspirados y se suman apasionadamente a este apostolado.

“Salen motivados a participar y con los brazos abiertos los recibimos, ya que el trabajo es mucho y se necesitan todas las manos con corazón que estén dispuestas a servir a Jesús en los más pobres de los pobres”, reiteró.

Quienes deseen participar pueden escribir vía WhatsApp al 6267-5172.