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Una jornada de la juventud con espacios para todos

Una jornada de la juventud con espacios para todos

En medio de todas las actividades que pudieron disfrutar los peregrinos en el Parque de la Juventud, encontramos a una niña muy especial. Acompañada de su familia, y sentada en su silla de ruedas, iba dispuesta a disfrutar de esta experiencia de en­cuentro, que por bendición de Dios, se dio en Panamá.

Se trataba de Andrea Díaz, una niña salvadoreña con discapa­cidad motora, que llegó a nuestro país con la esperanza de vivir una Jornada Mundial de la Juventud, y por supuesto de conocer al papa Francisco.

Su madre nos comentó que desde el momento en el que Andrea llegó a este mundo, le dijeron noticias negativas sobre su desarrollo, pero que sin embargo, gracias a la misericordia de Dios, la niña mejoró muchísimo.

«Es una niña con muchas ganas de vivir y de disfrutar la vida, y nosotros estamos aquí para acompañarla, de la mano de Dios»

Agregó que las atenciones en Panamá han sido las mejores, y que los voluntarios hicieron su labor para atenderlos de la mejor manera.

Decidimos hablar con Andrea, y con una enorme sonrisa mos­tró su felicidad por estar en nuestra patria y envió un mensaje a todas las personas que como ella, viven con alguna discapacidad …

«Estoy muy emocionada por estar aquí, agradezco a Dios todo lo que ha hecho en mi vida, y le digo a todos ustedes que nunca dejen sus sueños atrás, porque cada momento que vivimos es una experiencia nueva, y siempre hay que luchar para poder cumplir lo que queremos», dijo.

El momento fue propicio para que un sacerdote argentino que pasaba por el lugar se acercara, y entre todos, hicimos una ora­ción por Andrea y por todos los niños y jóvenes del mundo, para que, sea cual sea su situación, sepan dar testimonio a otros.

Una Jornada Inclusiva

Y es que la Jornada Mundial de la Juventud se caracterizó tam­bién por ser inclusiva. A Panamá llegaron 54 peregrinos extranjeros con algún tipo de discapacidad, y 35 locales se inscribieron para participar de la JMJ.

La Dra. Luz Quiroz de la Comisión de Salud y Discapacidad del COL, destacó que el plan para estos peregrinos se basó en experiencias de jornadas anteriores, siempre velando por la seguridad de los peregrinos, y con los espacios y las mejores condiciones para suplir sus necesidades.

En Panamá se recibieron personas con discapacidad auditiva, visual, intelectual y de movilidad reducida o física. «Se prepararon para que en las familias de acogida tuvieran las mejores condiciones para recibirles: además se les sensibilizó en cuanto al trato y manejo adecuado para personas con discapacidad», destacó Quiroz.

Además se preparó un medio de transporte especial, que salió de vías cercanas a la Universidad de Panamá, para llevar a estos peregrinos a los puntos asignados a ellos dentro de las actividades centrales en las que hizo presencia el papa Francisco.