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Una obra de misericordia que llega a familias y migrantes

Una obra de misericordia que llega a familias y migrantes

Sin hábito y cercanas a la gente, las religiosas Angelina Mitre y Mercedes Gómez crean espacios de escucha y acogida. Con el trabajo que realizan buscan mejorar la calidad de vida de quienes acogen.

 

Por Marianne Colmenárez

Desde Villa Cáceres, en Bethania, funciona el Centro de Orientación y Educación Familiar (COEFAM), una organización sin fines de lucro fundada y administrada por las Hermanas de la Misericordia.

Apenas dos de ellas, las chiricanas Angelina Mitre y Mercedes Gómez, junto a un reducido equipo de voluntarios desarrollan programas de formación integral, que buscan fortalecer las relaciones de pareja y de la familia, con miras de contribuir a la construcción de una mejor sociedad.

Apegadas a las raíces de la fundadora de esta congregación, la irlandesa Catalina McAuley, las encargadas de la obra siguen reconociendo las muchas necesidades de la gente empobrecida, para hacer de alguna manera la diferencia desde la solidaridad.

 

Al consagrarse comprometen su vida a Dios para servir, abogar y orar por los necesitados. Para ellas siempre son prioridad los niños y mujeres en situación de vulnerabilidad.

 

Inicios

“Sin tener sillas para sentarnos, iniciamos hace 25 años las labores en COEFAM, como resultado de un proyecto universitario que presenté, junto a otras compañeras, mientras estudiaba orientación familiar”, afirma la hermana Angelina, directora de COEFAM.

Señala que, así como le sucedió a la venerable Catalina, para ellas tampoco fue fácil esos comienzos, tenían pocos conocimientos administrativos, pero aún con tropiezos fueron avanzando. Pasaron por distintas sedes no propias, hasta que la providencia de Dios les permitió tener en el 2011 su propia casa.

Un lugar acogedor en el que ofrecen atención psicológica, acompañamiento espiritual, terapia familiar, talleres de emprendimiento, entre otros servicios.

COEFAM solo pide una colaboración por servicios para cubrir sus gastos.

 

Miraron a los migrantes

La crisis económica y social producida por la pandemia COVID-19 motivó a las Hermanas de la Misericordia a desarrollar programas dirigidos a la población extranjera, que sobrevivía a los estragos producidos por el confinamiento.

Aparte de ofrecer en plena emergencia ayuda humanitaria con la entrega de bonos alimenticios, estructuraron una serie de talleres en temas específicos, que contribuyen al bienestar emocional de la familia.

“Duelo migratorio, proyectos de vida, finanzas personales, emprendimientos y acompañamiento espiritual son algunos temas que seguiremos promoviendo para el 2024”, informó la hermana Mercedes.

Agregó que 22 niños migrantes, estudiantes de primaria recibieron este año una beca por parte de COEFAM. “Fue de gran ayuda para estas familias, ya que pudieron completar para comprar útiles escolares, uniformes y en algunos casos, alimentos”.

Entre los requisitos exigidos a la población migrante, se encuentra la entrega de boletines escolares y a su vez, asumir el compromiso de participar en una capacitación para los niños y sus acudientes, enfocada en la excelencia educativa.

COEFAM forma parte de la Red Clamor, que articulan el trabajo pastoral de las organizaciones de la Iglesia católica que acogen, protegen, promueven e integran a los migrantes, desplazados, refugiados y víctimas de trata.