Las parábolas son elementos de comparación o imágenes usadas, tomados de la vida cotidiana: casa, familia, trabajo, vida social, campo, ciudad. Por medio de la comparación, se comunica un mensaje y se busca generar en los oyentes un proceso de identificación, con los personajes del relato y una reacción que toca la vida real.
Las parábolas buscan llevar a los oyentes hacia un nuevo modo de ver la realidad y a un nuevo modo de comportarse. Como es sólo comparación, hay que descubrir qué es lo que se está comparando, pues su mensaje está oculto.
Lo bonito de las parábolas en el lenguaje sencillo y comprensible en el que se expresan. Jesús ha sido el mayor creador de parábolas, aún sin la sabiduría oficial de los letrados ni siendo filósofo de corte o escuela. En los Evangelios tenemos más de cuarenta parábolas, todas llenas de colorido.
¿Por qué estudiar este género? Las parábolas de Jesús surgen de la experiencia humana y religiosa de su propia vida. Responden a situaciones específicas, enfrentan un problema o dan a conocer un nuevo matiz del Reino de Dios en medio del pueblo. Hablan de la acción de Dios Padre en la vida de Jesús, en la del pueblo y en la sociedad.
En Lucas 10, 25-37, encontramos la parábola del buen samaritano. Sus elementos están tomados de lo cotidiano, personas que viajaban de Jerusalén a Jericó en situacioners de inseguridad por la presencia de ladrones y salteadores, indiferencia o solidaridad ante el de sufrimiento de otras personas.
Los oyentes son llamados a identificarse con algún personaje: sacerdote, levita, samaritano, posadero. Al final, Jesús nos insta a seguir el ejemplo del samaritano: “Vete y haz tú lo mismo”.
La función de las parábolas
Las parábolas suscitan y esperan una respuesta del oyente/lector. Jesús quiere que los mismos oyentes se conviertan en creadores de sus parábolas, que así aparecen como palabras que sorprenden, revelan e incitan.
Sorprenden, donde todo parecía normal, introduciendo un nuevo signo de interrogación. Revelan, nos abren a la lógica de Dios que es gratuidad, don abundante de la vida. Incitan, es decir, invitan a comprometerse, a hacer una opción de vida.
El Evangelio como parábola: La fuerza del Evangelio es la Palabra, que se acoge en buena tierra y fructifica.
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
“CHRISTUS VIVIT”
(111-117)
El gran anuncio para todos los jóvenes
El Santo Padre anuncia y recuerda a los jóvenes algo que nunca se debería callar: que “Dios los ama”; un anuncio que incluye tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar una y otra vez. Más allá de lo que les suceda en la vida, nunca dudar del amor de Dios.
Quizá la experiencia de paternidad que han tenido algunos jóvenes no sea la mejor; el Papa los invita a arrojarse seguros en los brazos del Padre divino, que los sostendrá con firmeza y al mismo tiempo sentirán que Él respeta hasta el fondo su libertad.
La Palabra nos regala muchas expresiones de su amor: A veces se presenta cargado del amor de madre que ama a sus hijos; otras veces, destaca la fuerza y la firmeza de su amor.
El Papa insiste: joven, para Dios eres valioso, le importas porque eres obra de sus manos; porque te ama y su amor es real, verdadero y concreto. ¡Busca el abrazo de tu Padre del cielo en el rostro amoroso de sus testigos en la tierra!
SECCIÓN 3
Lectio Divina
(Jn 6,51-58)
CONTENIDO: (167)
Leer:
En su discurso en la Sinagoga de Cafarnaúm Jesús dice: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre y el pan que les voy a dar es mi carne, por la vida del mundo… El que coma mi carne y beba mi sangre permanece en mí y yo en él”.
Meditar:
En cada Eucaristía, cuando el sacerdote pronuncia estas palabras de nuestro Señor, no se trata de un simple recuerdo, sino de un memorial. Es decir, de una celebración que “revive y actualiza” en el hoy el misterio de la Eucaristía y del Calvario, por nuestra salvación: Jesucristo vuelve a inmolarse al Padre sobre el altar de la cruz, por la redención de todo el género humano.
¿Valoras y vives con inmensa fe y amor el misterio sagrado de la Eucaristía?
Orar:
Señor, no permitas que pierda nunca las oportunidades de recibirte en la Eucaristía. ¡Dame siempre de ese Pan!
Contemplar:
Agradecer siempre por su entrega y amor.
SECCIÓN 4
PARA REFLEXIONAR
CONTENIDO: (45)
Reflexiona en los siguientes temas:
Lee Mc 4,1-9 y responde: ¿Cuál es el mensaje central que quiere dejarnos el autor?
¿Buscas siempre la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía?
¿Está el sacrificio eucarístico de Jesús presente también en el misterio de su resurrección?