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¿ Y si Dios quiere que consagre mi vida a El?

¿ Y si Dios quiere que consagre mi vida a El?

Aunque no podemos saber el plan completo de Dios para nuestras vidas, lo iremos descubriendo día con día. Por lo general, es durante la etapa juvenil que aparecen las primeras inquietudes que nos hacen pensar que Dios nos está pidiendo algo más que servirle en el templo. Y si es así, debemos echar el miedo a un lado y dejarnos encantar por ese llamado que sellará nuestra alianza de amor con él.

¿Dios envía señales? No lo sabemos, y cada experiencia es diferente; de lo que sí estamos seguros es de que nuestra fe nos procura que Dios siempre está co­municándonos su voluntad, y su mensaje es coherente, seguro, e indiscutible.

Así lo vivió Xenia McKay, quien siendo una joven universitaria sintió aquella necesidad de servirle a Dios, hasta entregarle su vida. ¿y cómo fue ese llamado? A veces Dios no busca en quienes están más cerca, sino en los más alejados. Xenia se bautizó y confirmó siendo ya adolescente; posteriormente participó de Pastoral Juvenil, grupos de Liturgia, y finalmente decidió ser parte de una escuela de formación en donde profundizó más sobre la figura de Cristo.

«Como toda joven viví encerrada en mi mundo; la ropa, la moda, el maquillaje … y así fue pasando el tiempo hasta que abrí los ojos y me di cuenta de que a mi alrededor habían otras personas con otras realidades», destaca.

Entró a la universidad, con la mentalidad de estudiar una carrera que le diera mucho dinero para ayudar a los pobres. Durante su tercer año universitario decide irse a misión y se da cuenta de lo que verdad quiere para su vida.

«En el acompañamiento a quien sufre, a quien tiene problemas, veía el rostro de Cristo, y empezó a nacer en mí el deseo de ayudar a otras personas, a ser del Señor».

La hoy Religiosa, destaca que en ese momento tenía novio, pero que misionando hasta se le olvidaba … ella era feliz entregándose a los que pocos tenían.

No saber qué hacer cuando tenemos estas inquietudes es normal, pero con ayuda se pueden aclarar las dudas y sa­ber si tu vocación está en servir a Dios entregándote por completo a él.