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“Me han predicado más a mí que yo a ellos”

“Me han predicado más a mí que yo a ellos”

El pasado 6 de julio, Monseñor, Rafael Valdivieso Miranda cumplió seis años al frente de la diócesis de Chitré, que comprende las provincias de Herrera y los Santos. Momento que aprovechó Panorama Católico para hacer- le una entrevista sobre su labor episcopal.

Sostiene que al frente de su Santidad el Papa Francisco ha manifestado, que una de las regiones más religiosas de Panamá es la diócesis de Chitré, conclusión que atribuyen a las tradiciones y devociones de los fieles a sus santos patronos.

Recordó que al poco tiempo de haber sido nombrado, escuchó una expresión que decía: “que a mitad de los 90, en esta región no habían pegado tanto los evangélicos debido a la religiosidad del pueblo”. Los hermanos separados no lograban ganar terrenos porque meterse con la Virgen, meterse con Santa Librada, con San Juan Bautista, con sus santos y devociones, se dificulta porque son parte de la vida del santeño y el herrerano.

Otro valor que ve como una gran riqueza es su amor por el folclor. “La pollera, el tamborito, las danzas, todo esto le da colorido a su fe, como cuna del folclor. A veces veo a los niños que bailan con una naturalidad, lo llevan en los genes, es como algo propio de la identidad de las personas”, explicó emocionado.

Plan Pastoral

“Hemos consultado a casi todas las comunidades eclesial de la diócesis, han salido temas muy especiales y muy fundamentales que nos comprometen a ser más cercanos a la comunidad cristiana. Tenemos algunos pilares fuertes como el diálogo y el perdón. El diálogo en la familia, en la comunidad”, destacó. A la vez, confirmó que entrarán en la etapa operativa del Plan Pastoral que inició en el 2014, desarrollando el método prospectivo.

Las familias

En cuánto al tema de la familia, el obispo chitreano percibe un ambiente bastante sano, plantea que, en la diócesis existe un gran número de familias que viven la experiencia de reunirse y compartir en unidad la fe, pero entre los asuntos que hay que trabajar son temas como el machismo y el maltrato familiar, aspectos que se sufren más en regiones apartadas.

“Una de las opciones que tenemos dentro del caminar como Iglesia es fortalecer a la familia, renovar ese sentido de familia y que se convierta en una escuela que nos enseñe a amar, perdonar y a valorar al otro, como dice la Familiaris Consortio, es la escuela de vida y amor”, dijo el Obispo.

La juventud

Añadió que en la juventud hay esperanza. A raíz de lo vivido durante la Jornada Mundial, con su ambiente de alegría que inspiró a muchos jóvenes, se han descubierto muchos talentos y valores

Lo bueno es que una gran mayoría de muchachos se han mantenido en el caminar de fe.

Anunció que en la última reunión del clero, se realizó una evaluación de los resultados de la Jornada Mundial de la Juventud, y la temática fue la exhortación apostólica del Papa Francisco “Cristo Vive”, y el consenso de los obispos es desarrollar un trienio orientado a darle ese seguimiento de la chispa que encendió la JMJ 2019.

Relación con el Papa

El obispo describe al Papa Francisco como un hombre grande, un hombre sabio, de buen humor, un hombre transparente y que sabe hablar y llevar ese lenguaje de Dios al estilo humano.

“Cuando hice el curso para ser obispo (a lo mejor otro Papa no habría dado un curso doctrinal sobre el episcopado), nos decía, cuando sus sacerdotes los llamen respóndanle, si no pueden responder, llámenlos después, pero respóndanle.

“Esas cosas a mí se me grabaron, ‘no sean obispos de aeropuerto’. Hay Obispos que sus re- uniones pastorales, las hacen en el aeropuerto, ustedes estén en las diócesis, a veces hay que salir, pero traten de tener presencia y ese caminar delante, en medio y atrás del pueblo. Delante para guiarlos en medio para estar con ellos y atrás para vigilarlos”, destacó Valdivieso Miranda.

La gente del campo

Explica que en la diócesis hay un millón de cosas gratificantes, tres o cuatro o cinco problemas que golpean duro, pero son más las cosas que los llenan. “Una de ellas es cuando los padres me invitan a celebrar la misa en alguna fiesta patronal, en algún área

apartada o en algún campo”, dijo. “Ver que a esos lugares de difícil acceso van personas de otras comunidades, que se levantan de madrugada, en medio de lodazales, en medio de las dificultades, suben lomas y llegan allá y ves la alegría y su emoción. Siempre les digo, ‘yo creo que ustedes me predican más a mí que yo a ustedes’, y salgo más lleno, porque ellos ven en la figura del obispo, del sacerdote como alguien que representa a Dios, somos nosotros seres humanos, pero al ver ellos que llega la Eucaristía y la Palabra de Dios, la celebración, el obispo, el padre, para ellos eso es algo grande y eso es una de las experiencias que tanto me emociona”, dijo.