La situación de las personas con discapacidad ha desmejorado notablemente durante la pandemia; un estudio así lo refleja.
Karla Díaz
Katherine Lucero, esposa y madre, que padece de ceguera total, perdió su trabajo debido a la pandemia. Recuperarse de ese duro golpe les ha costado mucho; su esposo es el único sustento en estos momentos y gracias a él cuentan con lo necesario para poder vivir.
Durante este tiempo, ni ella ni su hijo pudieron atenderse para recibir sus controles, tampoco para obtener sus medicamentos.
“Han sido días muy difíciles; a mi hijo y a mí el encierro nos afectó psicológicamente. Además, al momento de desplazarnos no recibimos ningún tipo de apoyo a pesar de mi discapacidad, nos tocó hacer filas y no se respetaron mis derechos”, dijo.
Su esposo se contagió de coronavirus, y aunque le llevaron algunos medicamentos, ni ella ni su hijo fueron atendidos por personal de salud para ver si también estaban contagiados.
Un reciente estudio sobre la situación de pandemia, realizado en Panamá por un grupo interdisciplinario de profesionales, en donde se analizaron 5 tipos de discapacidades, entre ellas: visual, auditiva, motriz, y psicosocial, arrojó que este sector de la sociedad ha sido impactado desproporcionadamente por la pandemia, dado que se han tenido que enfrentar a grandes barreras a lo largo de este tiempo.
El análisis arrojó que se vieron afectados en su salud, su economía, rehabilitación, acceso a la información y comunicación. Además, los resultados permiten determinar que la discapacidad física o motriz es la que afecta al mayor número de personas consultadas, seguido de la discapacidad visual.
Fanny Wong, fundadora de la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad en Panamá destaca que la mayoría de las personas con discapacidad no tuvieron acceso a citas ni medicamentos, mientras que los que se contagiaron tuvieron que estar solos en los hospitales y no pudieron contar con ningún tipo de ayuda.
“La situación de salud de las personas con discapacidad desmejoró enormemente en esta pandemia, ya que por el solo hecho de nuestra condición corrimos con más riesgos de contagiarnos del virus. El otro punto es que muchos de nosotros también somos dependientes, así que las personas que nos asisten pudieron llevarnos de alguna manera el virus”, dijo.
Wong agregó que muchas citas médicas fueron canceladas y los centros de rehabilitación fueron cerrados por lo que hubo muchas afectaciones.
Rosa Rangel padece de discapacidad motriz; la pandemia complicó todo. La asistencia a citas, su seguimiento y los controles que debió hacerse en el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid y en la Policlínica de Bethania nunca se dieron.
“Mi enfermedad, distrofia muscular, avanzó más durante este tiempo, camino un poco con ayuda de una andadera, pero ahora debo usar silla de ruedas. Durante la pandemia tuve que suspender mis terapias”, señaló
Agregó que poco a poco va viendo la luz para su tratamiento, pues aunque logró conseguir las recetas de los medicamentos, en estos 2 años, su enfermedad avanzó y su diabetes también tomó fuerzas.
Por su parte, Javier Bonner quien padece de discapacidad psicosocial destacó que durante estos años ha sufrido por el desabastecimiento de los medicamentos para uso psiquiátrico.
“Mi medicamento Clozapina leponez se desabasteció a nivel nacional. Además, las citas no se dieron y también hubo problemas con la hospitalización de personas con discapacidad psicosocial”, dijo.
Las cifras del estudio
Los datos aportados por este estudio dan a conocer que la afectación de la pandemia COVID-19, en cuanto a la salud, alcanzó a un 71.4 % de los consultados que se reconoció como muy afectado; un 17% dijo haber sido afectado y solo un 11% se consideró no afectado, lo que significa que la mayoría de las personas con discapacidad no tuvo acceso a citas, ni a medicamentos. Los contagiados tuvieron que permanecer solos en hospitales, sin facilidades de accesibilidad requerida o en casas sin la atención debida. Un amplio sector que alcanza el 88.4 % dijo haber sido notablemente afectados en el aspecto emocional por el temor a contagiarse.
En el renglón educativo se dio una ligera variación, dado que un 54.29 % dijo no haber sido afectado versus un 45 % que reconoció que sí sufrió afectación, el 34 % contestó que se sintió afectado, y un 11 % muy afectado. En cuanto a las personas necesitadas de rehabilitación se le presentaron dificultades debido a la falta de disponibilidad de las instalaciones de salud y también se vieron afectados aquellos que necesitaban tratamientos o terapias porque los centros de rehabilitación se mantuvieron cerrados, incluso algunos se utilizaron como centros de atención de COVID-19.
Estudio. Una investigación realizada por la Fundación Levántate y anda, y un grupo de profesionales revela lo mucho que han sufrido los vulnerables.
En cuanto a acceso a la información, comunicación y tecnología, los afectados suman un 56.85 % con un 22.85 % que se identificó como afectado y un 34% muy afectado, mientras un 42.85 se identificó como no afectado. Todos coincidieron que solo se tenía acceso a la información en los noticieros e información del MINSA, sin embargo, no todos tienen acceso a la tecnología, ni a las nuevas modalidades digitales de estudio, trabajo y otros.
Es importantes destacar que existe una mayoría de personas pensionadas que se les asignó teletrabajo, lo que se tradujo en reducción de salarios. Este aspecto es muy sensible para las personas con discapacidad, ya que su canasta básica supera al promedio de la población debido a otros tipos de necesidades y gastos que deben afrontar.
Levantan su voz
Ante esta nueva realidad, las organizaciones que luchan por los derechos de las personas con discapacidad hacen un llamado a la sociedad civil, para que unan fuerzas a fin de cerrar todas las brechas que existen y no perder ni retroceder en lo que se ha logrado en Panamá, en el tema de la inclusión.
La recuperación de la economía es prioridad fundamental para tener oportunidades de trabajo con inclusión, diversidad y verdadera accesibilidad, tomando en cuenta tanto a los trabajadores como a los consumidores con discapacidad.