El Santo Padre ha dicho que “la Iglesia se ha detenido, como se detuvieron los Apóstoles en el Sábado Santo”. Exhortó a afrontar los retos y problemas de hoy no con espíritu de división y conflicto, sino centrando la mirada en Dios.
Por Redacción
El Papa Francisco señaló a los más de 460 participantes presentes en la primera Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad, el camino a seguir durante estas cuatro semanas de trabajo, exhortando a todos los periodistas, a que les ayuden a transmitir el mensaje de que la «prioridad» es «escuchar», antes de hablar.
Los 365 miembros del Sínodo con derecho a voto, incluido el Santo Padre, ya reunidos se agruparon en diferentes mesas de 12 puestos cada una.
El Santo Padre les instó a leer y reflexionar sobre estos textos y destacó que, si se deja espacio al Espíritu Santo, el Sínodo irá bien.
“El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Quizá pueda decir que el momento de mayor fecundidad en el Sínodo son los momentos de oración, también el ambiente de oración, por el que el Señor actúa en nosotros. Abrámonos a Él e invoquémosle, Él es el protagonista, el Espíritu Santo. Dejemos que Él sea el protagonista del Sínodo. Y con Él caminemos, con confianza y alegría” agregó.
Para el Papa, la Iglesia es una única armonía de voces creadas por el Espíritu Santo. “Cada comunidad tiene su peculiaridad, inserta en la sinfonía de la Iglesia. No somos las Naciones Unidas o un parlamento” dijo.
Según sus palabras el Sínodo sirve “para recordarnos que nuestra Madre Iglesia tiene siempre necesidad de purificación, de ser ‘reparada’, porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio”.
