La fiesta de Cristo Rey fue el momento propicio para la consagración de niños y adolescentes, quienes serán servidores del altar como monaguillos y équites, hecho que se suscitó en la histórica parroquia de Santa Ana en el barrio del mismo nombre.
Por Diamar Díaz
Acompañados por sus padrinos los pequeños y jóvenes fueron revestidos, momento que llenó de emoción a los asistentes a esta Eucaristía con la que se cierra el Año Litúrgico y en la que se subraya que Jesucristo es el rey del universo y de cada uno de nosotros.
El P. Anel Sánchez resaltó algunas de las misiones de estos chicos que entre otras cosas servirán con alegría a la asamblea del pueblo de Dios, realizando los servicios que les serán asignados durante las celebraciones.
Por tan importante acontecimiento los nuevos miembros fueron vitoreados los fieles con un caluroso aplauso.
El ser monaguillo es compartir más íntimamente la liturgia con el celebrante y el pueblo, es ser fecundo en la oración y en la participación activa y fructuosa de la liturgia y, además, ser alguien que toma conciencia de todo lo sagrado y lo respeta con profunda veneración.
Cabe destacar que el grupo Équites es un grupo fundado hace más de 50 años, por monseñor Carlos Ambrosio Lewis, en la parroquia de Santa Ana.
Los profundos valores y enseñanzas cristianas, ha hecho que muchos de sus miembros actualmente sean sal de la tierra, al llevar sus hogares con amor a Dios, a la Santísima Madre María y sus patrones san Joaquín y santa Ana.
