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Demostración de afecto, fundamental para el desarrollo del niño

Demostración de afecto, fundamental para el desarrollo del niño

Un padre responsable es aquel que educa partiendo del amor y del respeto, que busca la felicidad de sus hijos para que sean estables emocionalmente; que enseña a identificar, expresar y a aceptar sus sentimientos.

 

Por Karla Díaz

Ser papás conlleva muchas responsabilidades, desde criar, formar, educar, enseñar,  velar económicamente por ellos, amarlos, y formarlos en la fe. Son muchas cosas en una, y a veces por querer cumplir con todo, nos olvidamos de una parte muy importante, demostrar afecto.

Pareciera algo tonto, pero no lo es. Entre las tareas, las clases de piano, el fútbol y las muchas actividades que realizan nuestros hijos, los papás andamos a mil por horas, corriendo de un lado al otro. Poco o casi nunca hacemos una pausa para respirar y disfrutar como debe ser, ese rol que Dios nos ha regalado.

La psicóloga Isis Calvo señala que el afecto a los hijos, es una dosis importante que no puede faltar en su crecimiento. Es además vital porque puede impactar positiva o negativamente el desarrollo del niño o del joven.

“Las necesidades emocionales pueden crear miedos  y problemas a largo plazo que pueden no llegar a curarse nunca, por lo que si eres padre o madre y no te has centrado mucho aún en estos aspectos por falta de tacto o de tiempo, deberías hacer un alto y pensarlo un poco más».

 

Tener  espacios para compartir con nuestros hijos debe ser una decisión diaria, especialmente cuando nuestros niños están creciendo.

 

Es importante que, como papá y mamá les hagas saber que los amas y que te preocupas por ellos, que les importas,  eso es reconfortante para ellos.

“Los niños necesitan ser tomados en cuenta, y saber que tú les quieres a pesar de la presión del trabajo, del agotamiento de la rutina diaria o por encima de cualquier situación que estés atravesando”, dijo la especialista.

 

El afecto que demuestres marca el desarrollo intelectual del niño

Un niño criado con afecto, crecerá seguro, feliz, y tendrá como consecuencia un desarrollo físico adecuado, especialmente en el plano neurológico con la formación correcta  de su cerebro en sus primeros años de vida.

La maestra Carmen Rodríguez comparte a diario su jornada con niños de edad preescolar, y destaca que mostrar afecto a nuestros hijos es lo más importante para ellos en el desarrollo.

“Se puede decir,  y está demostrado que es lo que más les da confianza y seguridad. Darles cariño y hacerles sentir queridos es positivo, ya que así tendrán  una mejor comunicación con ellos. De esa manera serán más seguros porque sabrán que tienen a alguien con quien confiar cuando tengan alguna dificultad”, aseguró.

También, agrega Rodríguez, se propiciarán estímulos positivos, teniendo mayor oportunidad de enfrentarse al mundo real sin miedo.

Si queremos que nuestros hijos sean capaces de establecer relaciones satisfactorias con otros niños, debemos cuidar nuestras relaciones de afecto con ellos, ya que lo que ocurre en la familia, tiene su reflejo en la vida del niño con sus compañeros.

 

Hay niños que necesitan más muestras de cariño que otros.

Pero, ¿cómo lo hago?

Brindar afecto es estar pendiente de las necesidades de tus pequeños, hablarles con amor, dedicar tiempo para jugar, cantar, cargar y abrazar. Tu hijo siempre se debe sentir querido y acompañado, muy diferente a correr y consentirlo en todo lo que pida, esa no es la finalidad.

La relación que establecemos con nuestros hijos tiene una gran importancia en lo que ellos sienten y piensan de sí mismos. Tanto la falta de afecto como la sobreprotección pueden influir negativamente en el desarrollo de nuestros hijos.

Por eso, debes tener una presencia significativa; dar  prioridad absoluta a sus necesidades, escucharles siempre, crear junto a ellos una relación sólida, jugar y tener momentos de ocio con ellos, educándolos con amor.

Una recomendación que da la Psicóloga Isis Calvo es que como padres debemos ser capaces de analizar si estamos cumpliendo o no con esas muestras de amor, con el fin de autoevaluarnos y de reflexionar acerca de la forma en que nos relacionamos con nuestros hijos.

“Prepárale su comida favorita, dale un abrazo inesperado, felicítalo por sus logros en el colegio o en la actividad que le guste. También se muestra afecto con los llamados de atención cuando sea necesario, así le enseñarás que lo amas y que por eso lo corriges”, explicó.

Ningún ser humano nace sabiendo cómo manejar sus emociones. La habilidad de los niños para lidiar con sentimientos abrumadores y para controlarlos crece con el tiempo, por eso es importante prestarles atención.

 

¿Qué beneficios tiene crecer con afecto?

Educar con amor y respeto es el mejor modo de favorecer el desarrollo cerebral de nuestros hijos. Porque el cariño constante y sin fisuras es el mejor alimento y la única raíz que nos permitirá dar al mundo personas felices.

La evidencia muestra que el desarrollo emocional forma parte de la arquitectura del cerebro de los niños y es moldeado por el ambiente en el que crecen. Particularmente, se ve impactado por las relaciones que mantienen con sus cuidadores y otros adultos que juegan papeles significativos en sus vidas.

Por ello, crecer con afecto es importante, ya que fomenta el desarrollo de los niños, incentivando sus habilidades para caminar, hablar o comer.

Les ayuda a relacionarse socialmente de una forma armoniosa, permitiendo que el niño pueda tener un comportamiento social adecuado, entre familiares, amigos, compañeros del colegio y todos los lugares donde hace vida.