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Desafiando la indiferencia: la migración requiere pastores y agentes comprometidos.

Desafiando la indiferencia: la migración requiere pastores y agentes comprometidos.

En el Encuentro “Pascua con Nuestros Hermanos Migrantes”, Obispos y agentes de Pastoral de Colombia, Panamá y Costa Rica reafirmaron su voluntad de conjugar, con la realidad del presente, los cuatro verbos que propone el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes sigue siendo el norte de la Iglesia.

 

Por Marianne Colmenárez

A la luz del Evangelio y motivados por los mensajes enviados por el papa Francisco para el Encuentro “Pascua con Nuestros Hermanos Migrantes”, los Obispos y agentes de pastoral de Colombia, Panamá y Costa Rica hicieron un llamado enérgico a los sacerdotes, religiosas y religiosos para que sean conscientes de su tarea frente a la crisis humanitaria que se vive en la región.

En conferencia de prensa compartieron la declaración final y adelantaron algunos compromisos asumidos, luego de reunirse del 19 al 22 de marzo, en la Arquidiócesis de Panamá.

En medio del encuentro, los participantes pudieron constatar con sus propios ojos el drama humano que se vive en el Vicariato Apostólico de Darién. Visitaron el 21 de marzo las Estaciones de Recepción Migratoria de Lajas Blancas y San Vicente.

 

Luego de atravesar la selva viajan cinco horas en piragua, desde Bajo Chiquito hasta Lajas Blancas.

 

“Fue supremamente doloroso, confirmar este drama, sentir la angustia y dolor de todos estos hermanos nuestros, de tantos niños que vienen en situaciones precarias”, afirmó monseñor Mario Álvarez Gómez administrador Apostólico de Quibdó, Colombia.   

En la declaración final describieron la selva como un “tapón” de inhumanidad por las condiciones de vulnerabilidad y muerte a la que se enfrentan. “El número de personas que perecen son incalculables, ya que muchos de los cuerpos de los fallecidos no son rescatados”.

Según cifras proporcionadas por el Servicio Nacional de Migración de Panamá, 97,718 es la cantidad de migrantes irregulares que han transitado dentro del flujo controlado en lo que va del año 2024. En su mayoría venezolanos, haitianos, chinos, ecuatorianos, cubanos y colombianos.

 

Este espacio estuvo acompañado por el Vaticano, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

 

 

Todos interpelados por la realidad

Los pastores, en su contundente mensaje, exhortan al pueblo de Dios a dejarse interpelar por esta realidad, cuyo clamor invita  a no cerrar los ojos ni el corazón frente al sufrimiento del hermano y de la hermana migrante.

“En una sociedad como la nuestra, la exclusión, la xenofobia, la discriminación y la indiferencia se contrarrestan reconstruyendo la cultura del encuentro, tejida con la hospitalidad y la acogida”, expresa el comunicado.

Monseñor Álvarez invitó directamente a los sacerdotes a ayudar a generar esa misma conciencia entre las comunidades, aunque no se encuentren en lugares con alto flujo migratorio. Lleven acciones completas que alivien este terrible paso de los hermanos migrantes”, destacó. 

 

Conferencia de Prensa sobre Declaración final de los Obispos.

 

Para Monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá y presidente del Consejo de Pastoral Social – Cáritas, las comunidades parroquiales pueden ser los principales lugares de acogida.

“Los migrantes nos hacen descubrir los miedos que tenemos, ese miedo que nos hace intolerantes, que nos priva la oportunidad de encontrarnos en el Señor. Hablar de migrantes es hablar también de nuestra espiritualidad”, destacó.

Además del apoyo humanitario que brinda la Iglesia permanentemente, el llamado es a trabajar para que se haga justicia y reestablezcan los derechos de las personas, sin caer en la revictimización, el asistencialismo o la dependencia.

El Santo Padre en su mensaje, dirigido a los participantes del Encuentro de Obispos de Frontera, los animó a trabajar incansablemente. “Cuando un hermano o una hermana migrante llegue, encuentre en la Iglesia un lugar donde no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza”.

Destaca lo que dice el profeta Isaías para explicar que la Pastoral de Movilidad Humana impulsa a ensanchar el espacio de la tienda (cf. 54,2) y así, reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o una hermana, y hacerlo así partícipe de nuestra cotidianidad.

 

Compromisos asumidos

El sacerdote Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombia, resaltó que entre los compromisos asumidos está la formación de los agentes de pastoral, en el ámbito de la movilidad humana.

La formación abarcará también al clero, seminaristas, agentes de pastoral, religiosos y religiosas y movimientos eclesiales, nunca diseñados desde las sacristías, sin embargo, buscará promover las experiencias de acompañamiento directo a los migrantes.

Los Obispos afirmaron que la migración en América Latina tiene cada vez más, cara de mujer y de niño.

“Tenemos la sensibilidad, la compasión, la misericordia y buena voluntad, pero reconocemos que nos falta fortalecer a nuestros agentes de pastoral, queremos tener estructuras diocesanas eficientes para ese máximo de vidas que nos reclama un cuidado y una atención pastoral como es el desafío del fenómeno migratorio”, destacó.

Los Obispos ratifican la necesidad de articularse con otros actores e instituciones que trabajen por el bienestar de los migrantes y refugiados.

 “En la cultura del encuentro tenemos que articular con muchos otros, y encontrar en ese caminar juntos en espíritu sinodal, buscar soluciones que fortalezcan nuestro quehacer pastoral”, manifestó el padre Castillo.

La incidencia política fue otro punto que resaltaron en la conferencia de prensa. “Tenemos un compromiso de incidir políticamente frente a los gobiernos de donde salen nuestros hermanos migrantes, por donde transitan y hacia dónde pretenden llegar”, dijo.

Resaltó que la misión se llevará a cabo con el Evangelio y la constitución en las manos, anunciando desde la Doctrina Social de la Iglesia, para evitar todo partidismo o líneas que nos desvíen”.

 

Otras acciones

– Fortalecer las redes de entidades católicas, como la Red Clamor, aprovechando las herramientas que han ido generando.

– Organizar charlas, talleres y encuentros sobre doctrina social de la Iglesia, derechos humanos e instrumentos internacionales de protección para sensibilizar a las comunidades locales sobre la realidad de la migración y sus desafíos.

– Promover la integración socioeconómica de los migrantes, por medio de programas y proyectos de capacitación laboral, acceso a empleo digno, educación y servicios de salud.

– Proporcionar a los migrantes información correcta y fidedigna sobre las condiciones y riesgos de la migración, para una decisión más consciente y responsable.

– Integrar a la pastoral migratoria como un eje trasversal en los planes pastorales nacionales y diocesanos.