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El huevo, súper alimento para los niños

El huevo, súper alimento para los niños

 Se puede preparar de diferentes maneras por lo que no se vuelve un plato aburrido para el niño.  Es una fuente de colina, nutriente importante para el desarrollo del cerebro y la salud del hígado.

 

Por Alberto Velarde

El huevo de gallina (Gallus gallus) es, desde hace muchos siglos, un comestible muy importante para la humanidad y en la actualidad su consumo se da en todo el mundo, además de ser sustancial en la dieta de algunos habitantes con contribución carente de proteína animal.

Pese a su consumo por supervivencia, desde que las civilizaciones nacieron, también estas comprendieron  que había que respetar el ciclo de vida de las aves y  sus huevos custodiados.

Un ejemplo de ello aparece en el libro del Deuteronomio donde se hace está acotación “Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos.” (Deuteronomio 22,6-7)

 

En tiempos de Jesucristo, el consumo del huevo era un hecho como dice su sentencia en el Evangelio refiriéndose a la oración de petición: O si le pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión?” (Lucas 11,12).

 

El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia (RAE) define el huevo (del latín ovum) como «cuerpo redondeado, de tamaño y dureza variables, que producen las hembras de las aves o de otras especies animales, y que contiene el germen del embrión y las sustancias destinadas a su nutrición durante la incubación». En su segunda acepción es el «huevo de la gallina, especialmente destinado a la alimentación humana».

En otro contexto, la adquisición del huevo ha reaparecido como una moda de quienes han buscado algunos beneficios añadidos para el organismo en el sector salud.

 

Ideal para la lonchera, tiene un efecto saciante que retrasa la sensación de hambre.

En la dieta pediátrica

Preparar desayunos para los niños, en etapa escolar, puede resultar complicado para algunos padres.

Para facilitar la ingesta a opciones de cereales, avena y frutas, a estas se  les puede añadir el huevo, explica el magister Héctor Moreno, jefe de nutrición y dietética en el Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera” (HEPOTH) de la Caja de Seguro Social.

Este alimento es rico en proteínas, minerales y bajo en grasa. El especialista recomienda prepararlos en opciones como revuelto en jamón o salchicha (preferible de pollo o pavo para minimizar la grasa).

Sancochado o duro, puede ser un complemento ideal para ensaladas, o en “omelette” (tortilla francesa), entre otras variantes.

El nutricionista recomienda no freírlo, puesto que eleva sus niveles de grasa, evitar por tanto, el huevo frito.

Esta proteína puede ser servida de dos a tres veces por semana, introduciéndolo de forma progresiva en la dieta del infante.

El huevo es un producto altamente rico en vitaminas. Incluye B12, vitaminas A, D y B2. También aporta componentes necesarios para el organismo como ácido pantoténico, biotina y minerales como zinc, fosforo y selenio.

El jefe de nutrición del HEPOTH recomienda variarlo junto a otras opciones saludables, como las ya mencionadas, frutas, cereales o avena.

 

Beneficios para la salud

El huevo es uno de los productos de reino animal que tiene menor contenido en grasas saturadas, y que la relación entre los ácidos grasos insaturados y los saturados es más valorada que aceptable, es por tanto, recomendable en términos de nutrición.

Es destacable la riqueza de ácido oleico (monoinsaturado) en el huevo, valorado porque ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hepáticas (Instituto de Estudios del Huevo, 2009).

Una pieza de huevo contribuye con ciertas cantidades importantes de una extensa gama de minerales (fósforo, selenio, hierro, yodo y cinc) y vitaminas (A, B2, Biotina, B12, D, E, etc.), que contribuyen a abarcar gran parte de las necesidades diarias de nutrientes.

La acción antioxidante de algunos oligoelementos y vitaminas del huevo ayuda a resguardar a nuestro organismo de procesos degenerativos, como lo son la diabetes o el cáncer, así como de las enfermedades cardiovasculares.

Es considerado como el alimento con mejor calidad proteica después de la leche materna o humana.

La biotina es otro nutriente esencial que se encuentra en el huevo, vinculado a la protección de la piel y al mantenimiento de importantes funciones corporales. La ingesta diaria recomendada de biotina es de 30 mg por día, que un huevo cubre aproximadamente en un 40%. Pero no es asimilada si se consume el huevo crudo.

Los huevos contienen además riboflavina (20% de la cantidad diaria recomendada), importante para el crecimiento corporal y la producción de glóbulos rojos; selenio (12%), un potente antioxidante, y vitamina K (31%), que interviene en la coagulación sanguínea (Instituto de Estudios del Huevo, 2009).

Cada vez hay más evidencias de que el consumo de huevo tiene poca o nula influencia sobre los niveles de colesterol sérico, mientras que puede incluso ser beneficioso desde el punto de vista cardiovascular.

Las grasas son necesarias en la dieta de cualquier individuo, ya que aportan energía y son vehículo de numerosos nutrientes esenciales.

Los objetivos nutricionales establecen que la ingesta de grasa no debe proporcionar más del 30-35% de la ingesta calórica y que las grasas saturadas deben aportar menos del 10% de la energía total de la dieta. Por lo tanto, al menos dos tercios de la grasa de la dieta debería ser grasa insaturada. En este sentido, el huevo tiene un perfil de ácidos grasos muy favorable desde el punto de vista cardiovascular, ya que predominan los ácidos grasos mono y poliinsaturados frente a los saturados.

También aporta cantidades apreciables de ácidos grasos esenciales Omega 3, que se han relacionado con la disminución de la fatiga muscular.