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Sor Lucía, la última pastorcita de Fátima declarada venerable

Sor Lucía, la última pastorcita de Fátima declarada venerable

Además de Sor Lucía, vidente de Fátima; otras cuatro Siervas de Dios fueron elevadas al título de Venerables. Asimismo, el Santo Padre reconoció el martirio de diez sacerdotes y diez laicos de la arquidiócesis de Sevilla, asesinados por odio a la fe durante la Guerra Civil española en 1936.

 

Redacción

Durante la audiencia concedida al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos,  el papa Francisco aprobó el decreto que aprueba las virtudes heroicas de la religiosa portuguesa conocida como sor Lucía, la pastorcita que junto a sus dos primos aseguró haber visto a la Virgen en Fátima en 1917 y que les hizo depositarios de los tres famosos secretos.

 

Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce «haber vivido las virtudes de manera heroica».

 

Aunque el camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo. Es posible que el  proceso de beatificación podría acelerarse en vista de la visita que el papa realizará al santuario de Fátima a principios de agosto con motivo de su desplazamiento a Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.

Según la historia, los tres niños vieron sobre una encina la imagen brillante de María, quien les ordenó que regresasen ese mismo día durante seis meses.

La Virgen además les reveló los tres famosos secretos: el primero sobre el fin de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y el segundo sobre la muerte prematura de Francisco y Jacinta.

El último secreto  fue revelado por sor Lucía al papa Juan Pablo II y, según revelaciones del Vaticano, está relacionado con el atentado sufrido por el pontífice un 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro.  Murió el 13 de febrero de 2005 con 97 años, cuando ya habían fallecidos sus primos, en el convento Carmelo de Santa Teresa de Coimbra (Portugal), donde vivía enclaustrada desde 1948.

Papa Francisco canonizó en el 2017 a los otros dos videntes de Fátima, sus primos Francisco y Jacinta, quienes murieron siendo niños a los 11 y 10 años respectivamente.